lunes, 7 de enero de 2019

Carta de un hombre que amaba



Una noche cuando iba a trabajar comenzaba a llover. Al pasar al lado de un contenedor de basura vi una gran caja que estaba medio abierta, la abrí un poco más. Guardaba una cantidad de cosas que se estaban mojando. Lo que más me llamó la atención fueron unos libros que tenían los filos y las letras inscritas en dorado, recogí varios y los sequé, todavía no se habían mojado lo suficiente para estropearse. Me hubiese llevado toda la caja porque tenía muchos libros, pesaba mucho y con lo que llovía y el paraguas, no tenía las manos libres para poder llevarlos todos. Había tantos para elegir que no pude con todos y tuve que priorizar. 
Seguramente hicieron limpieza de una casa donde vivía un buen lector y por los años que tenían los libros debía de ser de una persona mayor, bien porque ya no tenga la vista para poder leer, o más bien porque haya fallecido y quien haya heredado la casa no los quiso conservar. A veces me he encontrado libros y cuentos abandonados en la basura y, ese no es el lugar adecuado para hacerlos desaparecer. Es una pena que los tiren, no saben que hay lugares para dejarlos o donar libros.
Eran novelas de la revolución rusa. En una de las novelas encontré esta carta escrita a de puño y letra por el dueño del libro decía así:

Querido amigo:
Siento atracción a primera vista por ti y tengo la necesidad de acariciarte cada vez que te tengo frente a mí. Eres una tentación al tenerte entre mis manos y me apasiona tocarte. Cuando te tengo tan cerca te abrazo y te acaricio. No puedo dejar de rozarte contra mi pecho cuando una frase me haces soñar o me hace pensar. Acaricio tu cuerpo primero, lo miro y después reflexiono. Hasta tu olor me embelesa. Me apasionan tus palabras, tus frases que me suenan a poesía, a magia. Me gustas cuando me cuentas historias como un susurro. Eres dócil y te puedo sujetar para llevarte siempre conmigo. Me entretienes en mis ratos tranquilos de ocio, me acompañas en mis viajes y en mis desvelos. Desde que te conozco ya sé cómo eres y cada vez te quiero más. A veces me das momentos de pasión, momentos de amor, momentos de reflexión, momentos inquietantes de miedo y de terror. Ya no puedo pasar sin ti y cada día me haces pasar momentos inolvidables. Cada vez me haces más compañía porque no puedo pasar sin leerte.

Me hubiese gustado mucho conocer a este lector que por sus palabras amaba mucho los libros. Porque con esta carta demostraba que le gustaba la lectura. 


445 palabras 



7 comentarios:

  1. Hola Maria del Carmen, creo que había dejado un comentario en esta entrada, la parecer desapareció.
    recuerdo que había dicho que es interesante encontrar un libro que alguien en algún momento había abandonado, y en tu caso me parece que eras tú la que lo había encontrado y este relato estaba basado en esa experiencia.
    Un abrazo y suerte en el concurso
    Puri

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    1. Si Puri han desaparecido todos los comentarios de todo el blog, lo tenía que haber desvinculado antes, de por que los tenía en Google y si sabes van a quitar todo los blogs de Google. ¿Tú dónde lo tienes? Un abrazo.

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  2. Hola Mamen, ah los libros, queridos libros. Encontrar libros es encontrar tesoros...Me encantó la carta, tengo un micro dedicado al libro con una idea similar, el amor incondicional. Un abrazo.

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    1. Es que los libros son nuestros grandes aliados d e aprendizaje. Un abrazo.

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  3. Hay gente que cuida sus libros para que algún día alguien los termine vendiendo o, peor aún, tirándolos, como sucede en tu cuento. Me pregunto qué pasará con los míos...
    Muy bella la carta.
    Abrazo, Mamen.

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  4. Nunca se sabe lo que harán nuestros hijos con nuestras pertenencias yo que tengo libros y cuadros. ¡A saber! Un abrazo.

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  5. A saber que harán mis hijos con mis pertenencias de escritos, cuadros, libros, música y cacharros Un abrazo.

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