A ver si os gusta esta poesía dedicada a mi pueblo cuando lo visité después de 25 años los sentimientos fluyeron en mi ser.
Paseo grande
OLIVENZA, MI ESENCIA
Salí de mi casa a tu encuentro
Té vi a lo lejos, la torre me guió
Se erguía esbelta sobre el manto blanco de tus casas
Paseé, miré, contemplé, palpé y acaricié
Te recorrí toda y entre tus calles me perdí.
El asfalto que pise, me guió y me empapé de ti,
una ráfaga de aire, movió las palmeras de tu paseo,
el suave polvo me trasladó nostálgica a mi infancia.
Vi un anciano sentado en un banco con su gorra y su chambra,
era mi abuelo, con el cigarro entre sus labios.
Me vi sentada sobre sus débiles piernas
Un soplo de aire trajo a mis oídos los cánticos del
rosario, rezaba D. José Párroco de la Farrapa.
Mis lágrimas afloraron a mis ojos y lloré emocionada.
Bajé caminando por la calle de las Flores y entre las
rejas de una casa, vi a mi madre planchando.
Doble la esquina a la calle Jurmeña cuna de mi vida.
Un soplo de brisa transformó el asfalto en tierra,
me vi jugando en las lanchas de la acera al truqui
cantando canciones de antaño.
Vi las cilindras y las rosas de mi patio
adornando los altares de Maya.
Oí las ovaciones en la plaza de toros. ¡Olé! ¡Olé!
Me vi de la mano de mi madre cuando íbamos a la
plaza de abastos
Sentí las caricias de esas manos desgastadas por el
jabón y el agua cuando vi los lavaderos abandonados
¡OH, Olivenza! tu recuerdo es mi esencia.
Té vi a lo lejos, la torre me guió
Se erguía esbelta sobre el manto blanco de tus casas
Paseé, miré, contemplé, palpé y acaricié
Te recorrí toda y entre tus calles me perdí.
El asfalto que pise, me guió y me empapé de ti,
una ráfaga de aire, movió las palmeras de tu paseo,
el suave polvo me trasladó nostálgica a mi infancia.
Vi un anciano sentado en un banco con su gorra y su chambra,
era mi abuelo, con el cigarro entre sus labios.
Me vi sentada sobre sus débiles piernas
Un soplo de aire trajo a mis oídos los cánticos del
rosario, rezaba D. José Párroco de la Farrapa.
Mis lágrimas afloraron a mis ojos y lloré emocionada.
Bajé caminando por la calle de las Flores y entre las
rejas de una casa, vi a mi madre planchando.
Doble la esquina a la calle Jurmeña cuna de mi vida.
Un soplo de brisa transformó el asfalto en tierra,
me vi jugando en las lanchas de la acera al truqui
cantando canciones de antaño.
Vi las cilindras y las rosas de mi patio
adornando los altares de Maya.
Oí las ovaciones en la plaza de toros. ¡Olé! ¡Olé!
Me vi de la mano de mi madre cuando íbamos a la
plaza de abastos
Sentí las caricias de esas manos desgastadas por el
jabón y el agua cuando vi los lavaderos abandonados
¡OH, Olivenza! tu recuerdo es mi esencia.
Paseo Chico
Esta poesía la publicaron en la Revista de Ferias y Fiestas
de Olivenza Agosto 2007
Quiosco en el paseo
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