sábado, 30 de mayo de 2020

Acuarelas en mi confinamiento 3


Sigo entrenando con las acuarelas y estas son las que he ido realizando.


Casas de campo papel de 350gr.(32 x 22cms.)

Campo desde la Sierra de Alor de (32 x 22 cms.) 350gr, reverso

Depósito en el campo papel 350 gr. (32 x 22 cms.)



Campos de lavanda una propuesta de un acuarelista


Campo de lavanda (32 x 22 cms.) 350gr, reverso


Campo de lavanda (20 x 15cms.) 250 gr. en blog



Cuando viajamos a l Navarra visitamos las Bárdenas Reales y estas acuarelas las he pintado desde fotos.

Cabezo Cortina Bardenas  (32 x 22 cms.) 350gr, reverso




Cabezo Tierra Bardenas (32 x 22 cms.) 350gr, reverso


Esta acuarela de Getaria la tenía mal pintada y la retomé para arreglarla un poco




Getaria (32 x 22 cms.) papel 350gr. 


Ola apunte en blog (20 x 15 cms) 250gr.




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lunes, 25 de mayo de 2020

Alicia, la mariposa, la estatua y el gigante



Todas las tardes iban a jugar al jardín tres hermanas, se sentaban en un banco a la sombra de una higuera. Mientras María leía en alto un cuento, Alicia pintaba un dibujo. 

“En un jardín solitario se alzaba la estatua de un príncipe. Estaba revestida de oro fino. Tenía por ojos dos centelleantes zafiros y un gran rubí en el puño de su espada...”

En el lienzo Alicia pintó una estatua. En la parte izquierda, dibujó un camino y un gran jardín donde revoloteaba una golondrina que se posé sobre la estatua. Al fondo una bonita arboleda a orilla de un río. Su hermana seguía leyendo mientras Alicia coloreaba el dibujo. 

Alicia se quedó dormida, en el sueño iba caminando hacia la estatua.

 — ¡Es tan hermosa! dijo Alicia admirando la estatua. Una voz le contestó: 

  — No sabes cómo me resguarda de la lluvia esta estatua dorada. —dijo la golondrina.

 — ¡Qué curioso! —Exclamó— no hay ni una sola nube, está el cielo azul.

Pero al ir a resguardar su cabeza bajo su ala le cayó otra gota de agua. La golondrina miró hacia arriba y vio al príncipe que lloraba.

  — ¡Por qué lloráis!—preguntó la golondrina—

 — Allí abajo, en una callejuela hay una pobre vivienda. En la ventana abierta, veo a una mujer con rostro triste y afligido, sentada ante una mesa. Tiene sus manos enrojecidas, llena de pinchazos de la aguja porque ella es costurera. Borda flores sobre un vestido de raso, es un encargo y se le ha gastado el hilo. Tiene a su hijo enfermo y necesita el dinero para comprar medicinas. Así sin hilo no puede terminar el vestido.

Alicia caminaba hacia casa, de repente. La niña se adentró en una niebla espesa en un bosque de moreras.

Debajo de una hoja se encontró un gusano que comía plácidamente en la morera y ella le preguntó:

 — ¡Hola gusanito! ¿Me puedes indicar como podré salir del bosque?

 — En estos momentos con esta niebla, mejor que te quedes aquí, come un poco de estas hojas y descansas si no, te perderás entre la niebla. 

Alicia aceptó la comida que le ofrecía el gusano y se quedó dormida. Cuando se despertó no podía caminar y se arrastraba como una oruga.

Ella le contó al gusano lo que pasaba a la señora, que necesitaba hilo de seda. El gusano reunió a los demás gusanos y se pusieron a tejer ovillos de seda.

Cuando se juntaron muchos, Alicia que se convirtió en mariposa. Llevó los ovillos de seda a la mujer y pudo terminar el vestido.

Alicia muy contenta en el jardín lleno de flores revoloteaba como una mariposa entre las flores y allí era muy feliz. Los pájaros, posaban sobre las ramas, cantaban deliciosamente y las niñas interrumpían sus juegos para escucharlos.

María seguía leyendo:

 "En el bosque vivía un gigante. Había ido a visitar a su amigo el ogro, residiendo siete años en su casa. Al cabo del tiempo decidió volver a su castillo..."

Al llegar vio a las niñas en el jardín.

 — ¿Qué hacéis ahí?— les  gritó con voz agria.

Y las niñas huyeron, asustadas.

 —  ¡El jardín es mío, es para mí solo! no permitiré que nadie pasee por mi jardín.

Entonces lo amuralló y puso un cartel de prohibida la entrada.

Las niñas ya no tenían sitio de recreo y se fueron a jugar a un camino que estaba polvorienta y no les gustaba nada.

Llegó la primavera, cansadas de no poder entrar en el jardín, un día se asomaron al muro y allí estaba todo nevado, en el jardín del gigante seguía el invierno. Nunca hubo primavera, ni verano, ni otoño.

Los pájaros desde que no había niños en el jardín, no tenían interés de cantar y los árboles se olvidaban de florecer.

Los únicos que se alegraron en el jardín fueron el hielo y la nieve. Exclamaban:

 — Gracias a este invierno vamos a vivir todo el año. La nieve extendió su manto e invitó al viento del Norte, al granizo.

 —No comprendo por qué la primavera  tarda  tanto en llegar— decía el gigante cuando se asomaba a la ventana y veía el jardín nevado.

Un día Alicia y los niños se colaron por una grieta de la tapia. Por donde pisaban los niños, la nieve se iba derritiendo y crecían los brotes verdes. 

El gigante desde su ventana oyó una música deliciosa, era un pardillo que cantaba ante su ventana. Y como no había oído tanto tiempo cantar a uno, le pareció que oía música celestial.

 —Creo que ha llegado por fin la primavera— dijo el gigante.

Se asomó a la ventana y vio todo el jardín lleno de niños que jugaban y se encaramaban en los árboles. Todo se había cubierto de flores. Los pájaros revoloteaban de un lado para otro, cantando con delicia y las flores reían irguiendo sus cabezas en el césped.

 Alicia había pintado un bonito cuadro. 

Sólo en un rincón apartado era invierno. Allí se encontraba un niño muy pequeño que no había podido llegar a las ramas y se paseaba llorando amargamente.

Al verlo el corazón del gigante se enterneció y levantó al niño a la rama más alta.

 — ¡Qué egoísta he sido! —pensó—. Ya sé porque la primavera no ha querido venir aquí.

Tiró el muro y dejó de nuevo que todos los niños jugaran libremente en su jardín. 

Estaba arrepentido de lo que había hecho.

900 palabras.

  

martes, 12 de mayo de 2020

Acuarelas en mi confinamiento 2

Me ha dado por pintar acuarela. Unas mirando como se hacen por expertos pintores y otras por una foto. Intento ir aprendiendo, unas salen mejor que otras y otras se estropean  y las lo intento arreglar. 


Campos de lavanda (32 x 22 cms. ) papel Guarros 350 gr. aprovechando el reverso

Os muestro unas acuarelas de paisaje de campo y  otras paisajes  de marinas.

Un camino en el campo (32 x 22 cms. ) papel 350 Gvuarros gr.  grano gordo.
                                   
Campo extremeño
Campo extremeño en primavera (20 x 15 cms.) en papel acuarela con lápices acuarelables. 

Paisaje de  un lago relajante (32 x 22 cms. ) papel Gvuarros 350 gr.  grano gordo.

Acantil ado  con un mar  revuelto  (32 x 22 cms. ) papel Gvuarros  250 gr. aprovechando el reverso

Rocas y gran oleaje  (32 x 22 cms. ) papel Gvuarros 250 gr.  grano gordo.

Molinos con espejo en el canal  (32 x 22 cms. ) papel Gvarros 350 gr. aprovechando el reverso


Estas son varias de las acuarelas que he pintado esta semana.

  1. ¡¡Espero que os  guste!!