El monstruo pintado en acrílico por Mamen Píriz |
El lápiz con el que ella, cada mañana se lo dibujaba, no leía los labios, no sabía
entender las palabras, tampoco podía descifrar las letras. Con paciencia su
madre le acariciaba y le acurrucaba, era la forma que se comunicaba con su hijo con cariño. Cuando ella le regañaba el niño no entendía, la madre ideó la forma de hacerse comprender con dibujos que él sabía entender. Solo sabía ver a los
monstruos.
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