Mamá recuerdo con claridad cuando vimos por primera vez un tren. Viajábamos desde el pueblo dirección a Madrid. Mi hermana y yo éramos muy pequeñas y partíamos contigo al norte. La distancia que recorrimos fue de muchos kilómetros.
Te acuerdas mamá, aquél día que nos encontramos con papá en Madrid. Si, allí nos esperaba él, para seguir en otro tren hasta el norte. Recuerdas mamá, cuando en aquél compartimento de madera, colocaste la maleta en el maletero encima de los asientos. Nosotras sabíamos que en la maleta llevabas caramelos y queríamos uno. Recuerdas mamá, al coger la maleta, se cayó al suelo y casi nos aplasta. ¡Que viaje te dimos! Tú orgullosa y contenta de reunirte con papá pero, con la incertidumbre de conocer otra tierra y con pena de dejar la tuya.
Te acuerdas mamá, querías traer tu chinarro ¡sí! tu chinarrito ese que sujetabas bajo el brazo, te lo querías traer contigo al norte. ¿Cuántos años llevaba en la casa? Yo creo que era del tiempo de los pica-piedras y te costó mucho dejarlo de nuevo en el suelo tras la puerta, pues esa era la función que hacía sujetar la puerta. La tía me lo contó con el paso del tiempo, cuando recordábamos tiempos pasados.
El viaje fue largo y con el traqueteo del tren nos quedamos dormidas. Cuando despertamos ya entraba el tren en la estación de Madrid. Allí nos esperaba papá. Nos asomamos a la ventanilla y vimos a papá que nos saludaba con la mano. Al bajar del convoy con las prisas, nos olvidamos del botijo, ¿te acuerdas mamá? otra reliquia que no querías separarte de ella, pero esta fue necesaria traerla, teníamos que beber agua durante el trayecto.
Ya todos juntos, pasamos el día en Madrid. Fue nuestra primera vez viajar en un taxis hasta la estación del Norte. Con papá paseamos a ratos en los alrededores de la estación, para no hacer larga la tarde. Descansábamos en parte sentadas encima de la maleta, hasta que saliera el tren camino del nuevo país. ¿Qué nos deparaba la vida mamá? en ese ciudad para nosotras desconocida. Sabíamos cómo era porque papá nos enviaba esas postales bonitas en blanco y negro. Llegó la hora de la salida y montamos en otro nuevo tren. Esta vez los cuatro juntos. Ese convoy parecía más rápido pero el norte estaba tan lejos.
Te acuerdas mamá, cuando llegamos a la estación de Málzaga, llovía un fino Chirimiri. Allí cambiamos de tren pero, este trayecto fue muy corto. Qué contentas nos pusimos al ver el parque que papá nos decía que vivía cerca. Mira tata hay voladoras, le dije a mi hermana. Papá nos dio un duro y nos montamos una vuelta. Como esas voladoras no habíamos visto nunca, eran muy bonitas y tenían muchas luces y música.
Ya cansadas llegamos a la casa. ¡Qué calle más oscura, mamá! ¿Cuántos camiones parados habría allí? Entramos en aquél portalón, no tenía ventanuco, ni gatera. Si tenía una aldaba en forma de mano. Qué oscuro y frío estaba ¿verdad mamá? Subimos muchas escaleras de madera en espiral hasta el quinto piso. Papá abrió la puerta tirando de una cuerda y nos adentramos en el interior. Recorrimos el largo pasillo, al fondo estaba nuestra habitación que compartimos los cuatro juntos. Dejamos las maletas. Enfrente estaba la cocina y allí nos esperaba la señora Luisa. Te acuerdas mamá ¡Qué mujer! Era simpática con ese deje gallego y esa risa contagiosa. ¡Fillas mías! nos dijo ¡Que guapas sois! dándonos a la vez un beso.
Ya cansadas llegamos a la casa. ¡Qué calle más oscura, mamá! ¿Cuántos camiones parados habría allí? Entramos en aquél portalón, no tenía ventanuco, ni gatera. Si tenía una aldaba en forma de mano. Qué oscuro y frío estaba ¿verdad mamá? Subimos muchas escaleras de madera en espiral hasta el quinto piso. Papá abrió la puerta tirando de una cuerda y nos adentramos en el interior. Recorrimos el largo pasillo, al fondo estaba nuestra habitación que compartimos los cuatro juntos. Dejamos las maletas. Enfrente estaba la cocina y allí nos esperaba la señora Luisa. Te acuerdas mamá ¡Qué mujer! Era simpática con ese deje gallego y esa risa contagiosa. ¡Fillas mías! nos dijo ¡Que guapas sois! dándonos a la vez un beso.
Te acuerdas mamá, la espera que tenías que hacer para el turno de cocinar la comida y lavar la ropa a mano. Te costaba mucho adaptarte a la nueva vida. Estabas contenta y triste a la vez, por dejar tan lejos a tu familia y tu tierra. Pero estar junto a papá era lo que más deseábamos.
Nos costó mucho sacrificio, mucho trabajo y muchos esfuerzos en salir adelante, pero lo conseguimos. El escaso sueldo que papá te enviaba para subsistir ya no era necesario repartir, bueno si, una parte tenías que enviar por correo a Martina la tendera del pueblo. Para poder pagar la deuda que habíamos adquirido para poder comer, cuando el dinero no nos llegaba a fin de mes y comprabas la comida de fiado.
Nos costó mucho sacrificio, mucho trabajo y muchos esfuerzos en salir adelante, pero lo conseguimos. El escaso sueldo que papá te enviaba para subsistir ya no era necesario repartir, bueno si, una parte tenías que enviar por correo a Martina la tendera del pueblo. Para poder pagar la deuda que habíamos adquirido para poder comer, cuando el dinero no nos llegaba a fin de mes y comprabas la comida de fiado.
Te acuerdas mamá, pasamos el verano entre días nublados y lluvias. Como nos acordábamos del sol y el calor del pueblo. Un domingo amaneció un buen día y salió el sol, papá nos llevó a la playa. Qué enorme el mar, eso nos pareció, fue la primera vez que vimos el mar. Te acuerdas mamá, que no queríamos mojarnos, jugábamos en la arena en la orilla. El hijo de Luisa nos echaba arena y nos salpicaba de agua, hasta nos echó un cangrejo vivo. Lo miraba pero no lo quería coger. Al final fui decidida y al cogerlo me agarró con sus pinzas.
Comenzamos una nueva vida, vivimos en una nueva casa y fuimos a una nueva escuela. Lo que más nos gustaba era que… ya no nos separemos de papá nunca más. Te acuerdas mama....
853 palabras
Hola Mamen.
ResponderEliminarQué bonito.
Imagino que es un poco tu historia, la de tantas familias que tuvieron que venir al norte a buscarse la vida. ¡Qué duras eran las separaciones del principio! Y me imagino la sensación al ver el mar por primera vez.
Muy feliz semana.
Está basada en vivencia de una niña, y en muchas familias que emigraron desde todas las provincias de España hacia donde había industria y trabajo , Madrid, País Vasco, Cataluña. Un abrazo.
EliminarEse primer viaje en tren, para trasladaros a Madrid. Esa madre que sigue planeando en tu mente, y ese traslado, si es real, sería similar a los que se hacían a Barcelona u otra gran ciudad. Pueblos de emigrantes de ESpaña.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz lunes
Eso está basado en esa emigración que cada familia hizo por los años 60,de una forma u otra al norte y Cataluña, Madrid, Para mejorar sus trabajos y formas de vida. Un abrazo.
EliminarEsas experiencias jamás se olvidan y recordarlas es volver a vivirlas, aunque sea desde una perspectiva mucho más halagüeña. Muchos españoles tuvieron que experimentar el tormento de emigrar, abanonándolo todo en busca de una vida mejor. Un relato muy realista, que parece autobiogràfico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son vivencias tras los ojos de niña, cuando en su recuerdo evoca a su madre. Si puede haber similitud de muchas familias que emigraron de unas provincias a otras en los años 60. Un abrazo.
EliminarBonita historia aunque muy dura. Un beso
ResponderEliminarSiempre una niña ve lo menos duro por que sus padres le arropan, pero se van dando cuenta de lo duro que era para sus padres. Cuando no hay mucho para vivir. Pero también se da cuenta cuando es mayor de esos sacrificios hechos por sus padres de abandonar su tierra para darle una mejor vida a sus hijos. Un abrazo.
EliminarUna historia que parece corresponder a tus vivencias personales, ya que la realidad de aquella España de posguerra era así de triste, gris y dura. Lo que para los mayores era un sacrificio para los niños era una aventura: El viaje en tren, conocer otras ciudades más grandes que el pequeño pueblo natal. Los caramelos, el botijo, los columpios...
ResponderEliminarMuy tierna historia realzada por la ternura de una familia unida.
U abrazo.
Si que es una historia vista desde los ojos de una niña. Evocando esas experiencias que muchas de oras familias también las han vivido. Un abrazo.
EliminarUn relato con aroma de otros tiempos. Melancólico y muy tierno. Muy bonito, Mamen.
ResponderEliminarSi es una historia que evoca un recuerdo de una niña que guarda esos momentos y en algún lugar de su mente lo tiene retenido. Un abrazo.
EliminarFue duro para muchas familias, pero al final pudierón encontrar una vida mejor.
ResponderEliminarNo todos los que emigran tiene suerte, algunos tuvieron que regresar a casa. Aunque eran tiempo de expansión y había mucho trabajo, para quien quería trabajar. Un abrazo.
Eliminarhola! emotiva historia que narra las vivencias de una niña, que con su inocencia ve colores donde puede no haberlos, gracias por tu brillante relato conmovedor!
ResponderEliminarDesde los ojos de una niña se ve de otra manera y eso es lo que he querido transmitir. Un abrazo.
EliminarHola Mamen, cuánta ternura hay en este relato. Te diré que emociona, muy bien narrado desde la voz de una hija. Qué dureza esos tiempos, tu relato es como estar mirando un cuadro. Te dejo mi abrazo y te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias Miry, me encanta que te haya emocionado. Has sentido la misma emoción como la que he tenido yo al escribirlo. Un abrazo.
EliminarUna entrañable historia contada en primera persona y vivida supongo que también. Digamos que forma parte de ese diario personal grabado en la memoria a través de esos ojos pizpiretos y traviesos de tu infancia.
ResponderEliminarUn gran homenaje a tus padres y para mi como lectora, todo un regalo.
Gracias por compartir estos "retales" de tu vida, amiga Mamen.
Un abrazo.
Muchas gracias Estrella, ¿tanto se nota que son vivencias personales? Pero si son recuerdos que tengo en ese lugar que no se va de la memoria. Quizás otras vivencias no se queden tan grabadas pero así me ha salido con las prisas de poder llevar este relato al tintero. Un abrazo.
EliminarMe encantó tu evocación, tan sencilla y cálida. ¡Cuánto costaba (y cuesta)poner una familia en pie! Pero todo se logra con el cariño y la esperanza. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Beba, es una forma de recordar el paso del tiempo, tendría que contar muchas anécdotas de muchas familias que emigraron allá por los años sesenta. Un abrazo.
EliminarMamen precioso. Muy emotivo. Alegre por uniros en familia pero a la vez triste por dejar vuestra casa y vuestra tierra.
ResponderEliminarCuando eres pequeña pocos vínculos tienes, alguna amiguita, vecinos y los primos. Pero con tan corta edad los recuerdos florecen en la mente. Un abrazo.
EliminarUna historia llena de recuerdos entrañables y de amor familiar, pero también de duras pruebas, de superación, de valentía, de adaptación y supervivencia. No sé si la historia que narras es realidad o ficción, pero lo has hecho tan bien que resulta totalmente creíble y nos transporta renglón a renglón en ese largo viaje plagado de ilusiones. Un texto precioso, Mamen.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Muchas gracias Julia es lo que he querido transmitir una realidad de otros tiempos. Un abrazo.
EliminarCómo cambia la vida, cuánto avanza y nosotros con ella. Hay ciertos episodios que los llevamos dentro, que jamás se olvidan, conforman nuestra forma de ser. En parte es lo que somos, nuestros recuerdos.
ResponderEliminarSAludos.
La vida esta construidas de hechos en presentes y el recuerdo del pasado. Un abrazo.
EliminarHola Mamen,
ResponderEliminar¿De dónde sacará tu corazón tanta ternura? tanto amor como te expresas en tus textos. !Suerte en el tintero! Me gusto mucho.
Saluditos
Muchas gracias Yessy cuando las palabras salen del corazón, se expresan según salen, y a veces las musas ayudan. Un abrazo.
EliminarMagnífico relato Mamen. Me parece un gran acierto la utilización de la anáfora “te acuerdas mamá” y el recurso a la voz narrativa en segunda persona después del primer párrafo. Bien logrado el punto de vista y el paisaje, se nota hasta él dirimiría o el orbayu. Se siente el norte. Sin estridencias ni falsas emociones. Me gustó mucho. Buena puntuación sin duda en el Tintero. Enhorabuena y gracias.
ResponderEliminarmuchas gracias, es un relato hecho con el recuerdo y el corazón. un abrazo.
Eliminar.
Se coló un “palabro” raro en lugar del xirimiri.
Eliminardirimiría = XIRIMIRI
Gracias, Carmen, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarComo no, no podoa faktar a la cita, ni perderme la gala. ahora voy camino de Francia. un abrazo.
EliminarEra así una vez la historia de un país,... era así una vez lla historia de muchas familias,...
ResponderEliminarMuy emotivo!
Asi es, era la forma de buscase la vida en losaños 60. Hoy en día también pasa. Un abrazo.
ResponderEliminarAy Mamen que me da que es un relato muy autobiográfico, emotivo y nostálgico, muchos de esos detalles que describes, por ejemplo, el cordón para abrir la puerta, el botijo. Gracias por compartir estas vivencias tan entrañables, historias de muchas familias, que han dejado buenas personas en su camino. Un abrazo grande
ResponderEliminarSí, Emerencia son recuerdos y vivencias.Un abrazo.
EliminarCuánta ternura en esta historia que parece escrita en clave personal. La dura emigración de los pueblos de España de los 60, en la voz de esa niña queda muy bien reflejada, de manera sencilla, sin artificios, se agarra al único sostén que les daba fuerza: la familia unida.
ResponderEliminar¡Felicidades, Mamen!
Muchas gracias Mª Pilar, me alegra mucho que te haya gustado. a ver si fluyen más historia como esta. Un abrazo.
EliminarAmiga Mamen, ¡cuánta melancolía destila tu relato! Yo, que soy un emotivo empedernido, lo he leído con la vista un poco más nublada a cada párrafo, no sé si será porque mis padres también emigraron al norte, aunque yo ya naciera aquí...
ResponderEliminarEn tu texto hay tanta ternura como determinación, tanta candidez como aceptación de la realidad y consigue llevarnos a los que ya no vamos a cumplir los 40, ni los 50, ni... a aquellos tiempos (casi) en blanco y negro desde la óptica actual.
Me ha encantado esa referencia a "mamá" en una segunda persona que siempre está en primer plano de la historia.
¡Gracias por tu entrañable texto!
Te deseo mucha suerte en EL TINTERO DE ORO.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias. Eran tiempos difíciles para muchas familias pero con tesón lograron salir adelante. Un abrazo.
ResponderEliminarRecuerdos duros de una infancia triste y emocionante a partes iguales. ¡Qué difícil es la vida del emigrante!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, Mamen. Te deseo mucha suerte en el concurso.
Muchas gracias Bruno, a veces las palabras salen del corazón y así las he dibujado. Un abrazo.
EliminarCuántas y cuántas historias así habrán, y no sólo allí, supongo que en cada rincón del mundo.
ResponderEliminarUn beso.
Alma ya lo creo a veces es poner un poco la oreja y saberlas contar. Un abrazo.
EliminarEsa frase "te acuerdas mamá" repetida como un mantra funciona muy bien como eje vertebrador de tu emotivo relato. Las logradas y muy visuales descripciones de los escenarios y acciones nos ayudan a acompañar a la protagonista a través de ese nostálgico viaje en el tiempo haciendonos comprender que la memoria, aunque sea selectiva, es un tesoro que nos ayuda a mantener la ilusión por vivir. Mucha Suerte en El Tintero. un abrazo, Mamen.
ResponderEliminarMuchas gracias,Paco, estoy en ruta y a veces no entra la conexion
EliminarUn reflejo de la emigración muy bien contando donde consigues que con la frase " te acuerdas mamá" hacer fuerza en el fondo del tema a tratar.
ResponderEliminarHechos que sucedieron en la vida de algunos que buscaban un mundo mejor.
Suerte en el concurso Mamen.
Un abrazo
Puri
Muchas gracias, Puri, estoy en Francia y a veces no tengo conexión. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mari Carmen. Te felicito por tu relato y por el tema escogido.
ResponderEliminarMe ha gustado el uso que has hecho del “te acuerdas mamá...” que actúa como un mantra separando las diversas escenas y recuerdos de la historia, y a la vez, reforzando el sentimiento de desarraigo de las familias que sufrían el éxodo agrario en su periplo hacia las capitales.
¡Cuántas historias reales tuvieron que ocurrir tal cual tú la cuentas y personalizas en el recuerdo de una niña!
Muy bien Mari Carmen. Un abrazo.
En los años 60 fue un éxodo de familias buscando un futuro para los suyos. Hoy en día ocurren con otros países y muchos de nuestros jóvenes buscan trabajo en otras ciudades. No te parece que las historias a veces se repiten, pero son otros tiempos. Un abrazo.
EliminarHola, Mamen
ResponderEliminarUn relato, pura nostalgia, que respira verdad. Tu historia es también la de mis padres y la de muchos españoles que viajaron en esos trenes de madera que parecían que no llegaban nunca a destino cargados de incertidumbre a la búsqueda de un futuro mejor. Me ha encantado. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
Cuantas historias hay a través de los tiempos de estas familias que tuvieron que inmigrar o emigrar. Muchas gracias Conrad. Un abrazo.
EliminarHola Mamen
ResponderEliminarUn relato lleno de sensaciones y de imágenes nostálgicas.
Lo he disfrutado mucho.
Suerte y saludos
Me gusta mucho que lo disfrutes. También yo disfruto con tus relatos. Un abrazo.
ResponderEliminarLos recuerdos de la infancia son los que atesoramos con mayor cariño y siempre con nostalgia. Un relato contado desde la serenidad de la madurez, con la voz de la niña que antaño fue. Mucha suerte en el Tintero, Mamen. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge, cuantas historias están en el recuerdo de la mente, a veces fluyen y otras no. Un abrazo.
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