lunes, 3 de junio de 2019

Visita al Palacio de Versalles el día 4 por la mañana 2ª parte.

La segunda parte de este palacio se la voy a mostrar  comenzando por el Salón de los Espejos. Los dormitorios del  Rey y la Reina.

El grupo sacando fotos
El Salón de los Espejos que sede del poder hasta 1789 ya que en él se hacían las recepciones de la corte y ha seguido manteniendo su esplendor en el transcurso de los siglos.



Es la galería central del Palacio de Versalles y es conocida por ser una de las salas más famosas del mundo. Esta gran sala tiene diecisiete arcos que contienen veintiún espejos cada uno y que reflejan los diecisiete ventanas con arcos que dan a los jardines.



















La Galería de los Espejos es una suntuosa galería construida con el objetivo de deslumbrar a los visitantes de Luis XIV. Concebida por el arquitecto Jules Hardouin Mansart, se construyó entre 1678 y 1684, reemplazando una terraza de Luis Le Vau que unía las dos alas del palacio (norte y sur) con la fachada del oeste.
De estilo barroco tiene una longitud de 73 metros por 10,50 metros de ancho. Diecisiete ventanas proporcionan la luz que se refleja en 357 espejos puestos frente a frente. Semejante galería fue un acontecimiento en el siglo XVII porque, por primera vez, las personas se podían contemplar de cuerpo entero. La galería representó, asimismo, un lujo impresionante teniendo en cuenta que, en aquel tiempo, un espejo resultaba muy caro.

Juan Francisco  mi primo dueño agencia 
Zacarías  mi nuevo primo 



















La bóveda de cañón está decorada con pinturas de Charles Le Brun en las que se representaba el reinado de Luis XIV. Inicialmente, la estancia se ornamentó con un mobiliario de plata y numerosas estatuas antiguas, fundido en 1689,​ el mobiliario de plata dio paso a otro de madera dorada que desapareció durante la Revolución francesa.

La Galería de los espejos fue el magnífico escenario para muchos de los grandes acontecimientos ocurridos en el curso de los siglos, como las celebraciones del matrimonio de María Antonieta con el delfín de Francia (16 de mayo de 1770), la proclamación del Imperio alemán (18 de enero de 1871) o la firma del  Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial (28 de junio de 1919) entre otros.



Vídeo 
Vídeo

El Salón de los  espejos sin Gente foto de la red 

El recibidor del Rey Luis XV


El recibidor de Luis XV, También llamada la sala de reuniones del rey, era una antecámara anexa al dormitorio donde el rey trataba los asuntos más urgentes.





El dormitorio del Rey


El dormitorio del rey está ricamente decorando en oro y sus ventanales muestran los estanques principales de versalles, siendo desde esta habitación la vista perfecta y simétrica de los tres estanques.












Este conjunto de tres habitaciones eran las más íntimas del rey y se hallan junto a la gran galería para que el rey se pudiese retirar cuando desease.

El dormitorio de la reina 

La reina tenía un dormitorio independiente de la habitación del rey por su intimidad ya que en la del rey solían entrar sus consejeros e incluso hacer recepciones.



















Como el resto del palacio está bellamente decorado en oro y es de destacar el joyero de la reina que es un gran mueble en la estancia.
También es destacar la puerta de servicio camuflada que hay a la izquierda de la cama y por la trato de escapar la reina en la revolución.


 








Comedor del Rey 

Jacques Levron, en su completísimo libro La Corte de Versalles, dice que para cada comida de Luis XIV (y nadie más) eran necesarios los servicios de 498 personas. Según las crónicas de la época, “dos guardias marchan los primeros. Los siguen, el ujier del salón, el maître d’hotel con su bastón, el gentilhombre panadero, el inspector general, el empleado inspector del oficio, los oficiales que llevan las viandas, el maestro de cocina y el guardavajilla. Detrás de ellos, otros dos guardias de Su Majestad cierran la marcha”. Se trata de un cortejo de quince personas que marchan por pasillos y salones del suntuoso Versalles desde la habitación real hasta el comedor. Ya en la mesa, si el rey quería beber algo, el oficial sommelier gritaba a viva voz “¡Bebida para el rey!”. Después, hacía una reverencia y se aproximaba al mostrador donde se encontraba el sommelier jefe. Este le alcanzaba el platillo de oro con la copa cubierta y dos jarras de cristal llenas, una de vino y otra de agua, porque Luis XIV nunca bebía vino puro. Precedido por el ayudante de vasijas del sommelier jefe, el oficial sommelier llegaba hasta la mesa del rey. Se inclinaban profundamente y procedían a catar el vino y el agua en tazas esmaltadas. El gentilhombre hacía una nueva reverencia, descubría la copa y presentaba las jarras. El rey vertía el vino y el agua en su copa mientras el gentilhombre, haciendo otra reverencia, devolvía el platillo de oro al sommelier jefe. De este modo, eran necesarias 3 personas y 8 minutos para servir al rey… ¡una copa de vino cortado con agua!  



















Por la noche, luego de todo un día que puede incluir actividades de lo más variadas (como banquetes de Estado, cacerías, bailes, reuniones con los ministros y comidas en los que toda la familia observa de pie mientras el rey come) Luis XIV se dirige a sus aposentos para dormir. Pero la puntillosa puesta en escena dictada por el Rey Sol lo persigue hasta que cierra los ojos. Tras los rezos que realiza en compañía de su capellán, el monarca se instalaba en un sillón para ser desvestido. “El monarca se desviste con la ayuda del primer criado. Luego le pasa la camisa, el camisón y la bata. Se levanta, se dirige hacia el rincón del hogar y saluda con una inclinación de cabeza”. Una vez que se retiran los miembros de la comitiva, el rey se quedaba con sus familiares y cortesanos de mayor confianza para dedicarse a los detalles íntimos: “Se desprende de su bata y penetra en el lecho. Se apagan las luces a excepción de los veladores. Cerca del rey se instala el criado que, silenciosamente, ha tendido su catre. Son las once. El rey duerme… El palacio de Versalles reposa”.

El Jardín de Versalles 

El autor de los jardines de versalles fue el celebre arquitecto de palacio André Le Nôtre. Los jardines de Versalles están situados al oeste del palacio, cubriendo más de 800 hectáreas.



















Fueron construidos usando el estilo jardín francés en el cual predominan los motivos geométricos para mostrar el poder del hombre sobre la naturaleza por contra a la idea de jardín inglés donde el hombre descubre la naturaleza libre.


Los jardines son uno de los lugares más visitados de Francia y su espectaculo de fuentes musicales es de una maestria neta.


Adicionalmente de los parques aparecen preciosas estatuas y fuentes que datan de la época de luis XIV el rey sol cuyas cañerías pueden tener algunas mas de 300 años.
Otra zona muy curiosa es la Orangerie que es un jardín de arboles tropicales en macetas que se debe guardar en invierno debido a las heladas.
Dibujos de los jardines  foto de la red 
Fueron registrados por la UNESCO como Patrimonio de la humanidad En 1979 pero Tras dos desastrosas tormenta en 1990 y 1999 , se restauráron y a dia de hoy tiene una gran parte de su glamour inicial
Jardines  foto de la red 
El jardín de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquía. Las esculturas se señalan unas a otras. Progresiva civilización del jardín: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al palacio, y después se va asilvestrando, es decir que se hace más silvestre a medida que nos alejamos del palacio.

El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón,  fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco  en 1979.


¡¡ Espero que os haya gustado !!



8 comentarios:

  1. Qué maravillosa manera de entronar y dorar lo menos importante, pero es una maravilla. Uno entiende la revolución francesa aquí mejor que en cualquier otra parte

    Un abrazo y feliz lunes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este lujo demuestra que vivían explotando al pueblo.Cada vez estoy más convencida que si se repartirá la riqueza ellos no vivirían así.Un abrazo.

      Eliminar
  2. Ay qué preciosidad. Me encantan las fotos y toda la explicación.
    Muy feliz día.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, algunas son mías y otras las tomé de internet. Y las explicaciones en la historia de wikipedia páginas de turismo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Jo, recuerdo cuando fui. Es impresionante, el interior es la leche, pero a esas alturas de mi viaje a París ya nada me sorprendía en cuanto a suntuosidad. Pero los jardines son algo que todos deberíamos ver una vez en la vida. No puedo imaginar levantarse de la cama y asomarse a ellos. Un lujo de entrada, Carmen!

    ResponderEliminar
  5. si, son un lujo pero no los pudimos disfrutar más que desde las ventanas porque llovía mucho ese día, pero volveré algún vez más.Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Cuando estuve en París no me dio tiempo a acercarme a Versalles. Tengo pendiente una visita que según tus fotos es preciosa.
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Es un palacio con mucho lujo. Lo que pasa que está masificado por el turismo. Lo único que podrían hacer es controlar más los grupos que entran a la vez. Sólo piensan en recaudar. Más que en mostrar el Palacio con tranquilidad. Un abrazo.

    ResponderEliminar