martes, 17 de enero de 2023

Los faraones mas importantes de Egipto 25-11-2022

   ¿Cuántos faraones hubo en Egipto?


  Como es de suponer, en más de 3.000 años, la cantidad de faraones que hubo en Egipto es grande. Además, hay que contar con que la información procede de diferentes fuentes sesgadas, en muchos casos, por las directrices que daban los propios faraones a la hora de hacer la relación de sus antecesores. La razón de hacer este inciso es que algunos gobernantes no tenían en cuenta, ignoraban a aquellos que habían llegado al poder como usurpadores o no eran dignos de haber ostentado tan importante cargo.

 Prudentes, déspotas, conquistadores, un personaje bíblico y una nariz pegada a una fascinante personalidad. Egipto tuvo toda clase de faraones, y sus biografías sirven para conocer la historia del antiguo país.

  Por eso Tutankamón o Ramsés son nombres que a todos nos resultan familiares, aunque sus historias sean menos conocidas. Hemos escogido a los seis faraones que consideramos más relevantes, y aunque hay muchos yo he escogido los que he  visto.

Narmer
También conocido como Nemes.
  
  Fue el primer faraón de Egipto, que reinó en el siglo XXIX a.C. en la dinastia I Se le reconoce por ser el responsable de haber unificado todas las tierras del Delta del Nilo y por fundar la primera capital del país: Menfis, que tenía una posición estratégica para controlar las tierras del Bajo Nilo.
  La identidad de Narmer es tema de debates en curso aunque la opinión dominante entre los egiptólogos identifica a Narmer con el faraón Menes de la dinastía I, a quien también se le acredita la unificación de Egipto como el primer faraón, siendo citado en varias fuentes. Esta conclusión se basa en la paleta de Narmer, una placa que muestra a Narmer como unificador de Egipto, y los dos sellos de lanecrópolis de Abidos que lo muestran como el primer rey de la dinastía I.
 Pese a la controversia sobre su reinado, existe el consenso de que Narmer impulsó enormemente la cultura de su tierra y allanó el camino para convertir a Egipto en el gran imperio en que llegó a ser años después. La fecha probable de su reinado se calcula alrededor de 3100 a. C. o 3075 a. C.

Hetepsejemuy

Su nombre significa "Los dos poderes está en paz

   Fue el primer faraón de la dinastía II de Egipto. Si Menes fundó una primera tierra egipcia, este faraón que reinó entre 2890 y 2862 a.C. fue el responsable de unificar el Alto Egipto (la zona que va de Luxor a El Cairo) y el Bajo Egipto (la zona que va de El Cairo al delta). Es un hecho fundamental en la historia del país, por lo que sin duda se trata de uno de los faraones más importantes del Antiguo Egipto.
 

 Zoser

  Zoser fue el segundo faraón de la III dinastía, estuvo al poder desde el 2665 hasta el 2645 a.C. Fue el primer faraón que mandó construir una de las obras más características de la arquitectura egipcia: la pirámide escalonada de Saqqara. Y ese, es esencialmente el motivo por el que pasó a la historia.
En las inscripciones de su tiempo se le denominó Necherjet (nṯr ẖt), que significa "Cuerpo divino". En documentos posteriores, durante el Imperio Nuevo, lo denominaron Dyeser (ḏsr) «Sublime», narrando acontecimientos de su reinado, y la construcción de la Pirámide Escalonada, confirmando que Necherjet y Dyeser eran el mismo personaje.
  En la Lista Real de Saqqara figura como Dyeser (ḏsr); en la Lista Real de Abidos  aparece como Dyeser-sa; en el Canon de Turín se indica que Dyeser-it estuvo reinando 19 años.
En muchos textos actuales aparece como Zoser, una errónea transcripción de ḏsr.

Keops

   El hacedor de pirámides.

  Si su nombre ha pasado a la historia es porque bajo su reinado se construyó la Gran Pirámide de Guiza, un monumento espectacular para un faraón del que se sabe poco, pero sí que fue uno de los primeros en retener un poder cada vez más centralizado. Es la época conocida como el Imperio o Reino Antiguo, cuando, en el III milenio a. C., los reyezuelos y sacerdotes perdieron feudos de poder.
  Esto último fue uno de los motivos por los que durante años Keops tuvo mala fama. Un desprestigio espoleado por los sacerdotes del dios Amón, una élite que en distintos períodos de la historia rivalizó con los faraones. Por eso, y por ver las pirámides como obra de megalómanos, el griego Heródoto daría más tarde carta de verosimilitud a las leyendas más alocadas sobre Keops.
  Entre ellas, la de que prostituyó a su propia hija para financiar los trabajos de su mausoleo. Una historia tan falsa como la creencia popular de que la pirámide fue erigida con mano de obra esclava.
  Según Herodoto, filósofo e historiador griego, Keops fue uno de los faraones más ambiciosos y crueles que tuvo el país (aunque hay quien duda de esa versión). Aunque su gran legado y por lo que hoy es conocido es por la Gran Pirámide de Giza, una de las obras arquitectónicas más famosas del mundo.

Tutmosis III

Hábil gobernante y feroz conquistador.

   Se sabe mucho más de la biografía de Tutmosis III, que gobernó de 1479 a 1425 a. C., aproximadamente. En los tres mil años de civilización faraónica, fue uno de los reyes más importantes, pues sus conquistas llevaron al imperio egipcio a su máxima extensión. Igual de exitosa fue su política interior, al dominar a los siempre amenazantes sacerdotes de Amón. Lo hizo comprando su voluntad con tierras, a la vez que los apartaba del poder nombrando como sumos sacerdotes a sus colaboradores.
  Y eso que cuando nació sus posibilidades de ascender al trono eran remotas. Aunque hijo de Tutmosis II, era fruto de su relación con una concubina. Los hijos de las segundas esposas solo heredaban el trono si del matrimonio con la gran esposa real (la primera del harén) no nacía un hijo varón. Eso fue lo que le sucedió a Hatshepsut, la madrastra de Tutmosis.
   ​A más de uno ese nombre le resultará familiar. No es extraño, pues esta reina faraón da nombre a un célebre templo. Faraón, sí, pues se aprovechó de la inexperiencia del joven Tutmosis para controlar el poder una vez viuda. Su hijastro solo lo recuperaría a la muerte de ella.

Akenatón       

                                    Un revolucionario acusado de déspota

Nefartiti

Esposa de Akenetón.
  Sus sucesores arrastraron por el fango el recuerdo del faraón Akenatón (c. 1372-c. 1336 a. C.). El motivo lo constituyeron sus reformas religiosas, de tal calado que siguen asombrando a los historiadores. Acabó con el culto politeísta, una revolución religiosa que le sirvió para centralizar el poder en su persona y marginar a los sacerdotes, al erigirse en el único autorizado a interpretar los deseos del dios. Esta conversión al monoteísmo, además, tuvo su vertiente artística.
 Impuso unas representaciones del faraón más humanas que divinas, cristalizando en el conocido como estilo de Amarna. Los cuerpos apolíneos iban a desaparecer para dar paso a una escultura, a veces descarnada, que representaba la verdadera naturaleza del hombre, con alguna licencia a la imaginación en las caras.
  Ejemplo de ello es la escultura de Akenatón que vemos arriba. De facciones exageradas, en ella el monarca posee un rostro estilizado, incluso sensual. Por lo demás, la representación más célebre de este estilismo es el busto de Nefertiti, la gran esposa real de Akenatón.

Tutankamón

El más breve, pero el más famoso.

 Las reformas de Akenatón duraron poco, exactamente hasta la llegada de Tutankamón (c. 1342-c. 1325 a. C.), del que la mayoría de los historiadores creen que podría ser su hijo. A pesar de que murió con cerca de 19 años, es el faraón más célebre. Se cree que padecía escoliosis y malaria, pero su delicada salud no le impidió llevar a cabo la tarea de restituir el politeísmo en Egipto y poner fin a la aventura de su predecesor.
  Sin restar mérito a su labor, lo cierto es que tuvo tiempo para poco más. Su popularidad actual se debe a que su tumba fue de las pocas en permanecer prácticamente intactas. Ya en el antiguo Egipto proliferaron bandas de ladrones que expoliaron los sepulcros de reyes y nobles. El de este joven faraón se cuenta entre las excepciones en el Valle de kis Reyes que está casi literalmente vacío.
La tumba de Tutankamón fue descubierta en 1922 por el egiptólogo inglés Howard Carter. Podemos suponer su júbilo al acceder a la cámara funeraria, repleta de tesoros.

Seti I

  
  
  Fue militar, como su padre, nacido en la región deldelta del Nilo, en la zona de Avaris. Su nombre proviene de Seth, el dios de la guerra, de las armas y del ejército, al que Seti I sirvió como sacerdote antes de ser soldado.​
No se sabe mucho de la juventud de Seti I, mas sí sobre su reinado. Al convertirse su padre en visir de Horemheb y más tarde en faraón, fue pronto asociado al trono, pero ya por entonces era de edad madura. En su primer año de gobierno en solitario, se lanzó a la temeraria conquista de Palestina, Siria y Fenicia, que habían logrado su independencia durante el reinado de Ajanatón o habían sido conquistadas por los temibles hititas, tradicionales enemigos de Egipto. Las campañas de Seti por el sur de estos territorios fueron un rotundo éxito, sin igual desde los tiempos de Tutmosis III y Amenhoep II, pero no se atrevió a ir más al norte por el avance del dominio hitita.


Teti

                
Estatua de Teti
Tumba  de Teti

  Teti (Otoes, según Manatón) fue el primer Faraón de la Dinastia VI de Egipto del Imperio Antiguo; reinó de c. 2345 a 2323 a. C. 
  En la Lista Real de Abidos y la Lista Real De SAqqara se le denomina Teti (tti). Manetón asigna a Othoes treinta años de reinado  33 años. El Canon de Turíncita 21 años de reinado aunque su nombre es ilegible.
  Se le recuerda por ser uno de los faraones más justos que tuvo Egipto. Trató de crear un gobierno centralizado ya que entendía que los nomarcas (jefes de las administraciones locales) cada vez tenían más poder, y eximió de impuestos a la región de Abidos, debido a problemas climáticos y de cosechas… algo inaudito hasta entonces.

 Hatshepsut

       
  Fue la primera reina faraón, y para poder ascender al trono en el momento de su coronación estaba disfrazada de hombre. Gobernó entre 1490 y 1468 a.C. y al parecer fue una de las monarcas más maduras, inteligentes y ambiciosas que pasaron por Egipto. Pero no estaba sola, Senenmut, además del arquitecto real fue su gran apoyo (además de probablemente amante). El Templo de Hatshepsut es una de las visitas más interesantes en un viaje por Egipto, aunque en él hoy en día no queda prácticamente rastro de la reina: a su muerte su hermano Tutmosis III destrozó todos sus recuerdo.

Ramsés II

El malvado hermanastro de ¿Moisés?

 ¿Tuvo Ramsés II (c. 1303-c.1213 a. C.) un medio hermano llamado Moisés? ¿Es el mismo Moisés que lideró la huida del pueblo hebreo de Egipto? Si Ramsés forma parte del imaginario colectivo de Occidente es por estas andanzas, de las que no hay ninguna evidencia arqueológica. De hecho, el Antiguo Testamento ni siquiera revela la identidad de ese faraón antagonista de los designios de Dios.
  Entonces, ¿por qué se lo asocia con él? Por la mención bíblica de una ciudad construida en los tiempos de ese gobernante y otras coincidencias que parecen hacerle encajar con el relato. Nada más, y por eso es preciso separar al Ramsés histórico del legendario.
  Al fin y al cabo, su biografía ya es lo suficientemente espectacular como para no necesitar aliños. Fue uno de los faraones más longevos. Según Manetón, historiador egipcio que vivió en el período helenístico, gobernó unos 66 años, muriendo con cerca de 91. En ese tiempo consolidó el dominio sobre Canaán (actual Palestina) y Nubia (Sudán), además de promover obras públicas. Las más célebres son los templos de  Abu Simbel, que fueron excavados en la roca para conmemorar su victoria sobre los hititas en la batalla de Qadesh, la mayor batalla de carros de la historia y la mejor documentada de la Antigüedad egipcia.

Ramses III

En la Tumba de Ramses III



En la tumba de Ramses III

  Ramsés III​ es el segundo faraón de la dinastía XX y el último soberano importante del Imperio Nuevo de Egipto. Gobernó de 1184 a. C. hasta 1153 a. C.
  En su época desapareció el Imperio hitita  y otras entidades políticas menos importantes. Todo el Cercano Oriente se vio afectado, pero sin la resuelta intervención de Ramsés III, Egipto habría perdido su soberanía, como durante la época de los hicsos. Ramsés III se marcó como objetivo alcanzar la preponderancia que Egipto había tenido anteriormente en la política exterior. La complicada situación que se vivía en Asia exigía una contundente respuesta por parte egipcia: los pueblos del mar habían acabado con el reino hitita, ocupando también Chipre  y el país de Naharina. La provincia egipcia de Canaán  recibía continuas incursiones de estos invasores que podían extenderse al mismo Egipto.
  La zona del delta del Nilo había recibido una creciente inmigración atraída por una vida más fácil, por lo que durante los primeros años de su reinado, Ramsés III tuvo que hacer frente a dos grupos de pueblos indoeuropeos que se dirigían hacia el Delta. En el año octavo de reinado Ramsés se dirigió hacia Asia para hacer frente a los pueblos del mar. Se produjo una batalla naval en la desembocadura del Nilo, donde fue aniquilada la flota enemiga, y que junto al fortalecimiento de la frontera palestina fue suficiente para evitar la temible invasión de pueblos del mar, de la que difícilmente se hubiera recuperado Egipto.
  Ordenó construir importantes ampliaciones en los templos de Luxor yu  Karnak, así como su templo funerario y el complejo administrativo en Medinet Habu, que están entre los más grandes y mejor conservados de Egipto. La incertidumbre en tiempos de Ramsés está presente en las grandes fortificaciones que construyó para protegerlo, y que ningún templo egipcio situado en el corazón de Egipto había necesitado antes. Allí se enterró, según la leyenda, a los miembros de la cosmogonía Hermopolitana, que recibieron culto hasta la llegada de los emperadores romanos.
  Su tumba (KV11) en el Valle de los Reye (Biban el-Muluk: Puerta de reyes) es de gran elegancia. Las escenas son fieles al arte egipcio  tradicional.

Cleopatra

 

La nariz más famosa de la Antigüedad.

 “Si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta, la entera faz de la Tierra habría cambiado”. La cita es del filósofo francés Blaise Pascal (1623-1662), que quiso señalar que a veces lo más insignificante da pie a los cambios más trascendentales. En Cleopatra (69-30 a. C.) esa nimiedad sería su nariz, que supuestamente le permitió encandilar a Julio Cesar y a Marco Antonio, retrasando la inevitable disolución del Egipto faraónico en el Imperio romano.
  Cleopatra es la última gobernante de la dinastía ptolemaica, aquella que fundó Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro Magno. Afectada por las luchas de poder de Roma, forjó alianzas para conservar la independencia de su reino. Lo hizo hábilmente, al menos hasta que inició su relación con Marco Antonio. Cuando, más tarde, su reino fue conquistado por el futuro emperador Augusto, se vio que había escogido el bando perdedor.
  Con su muerte arranca la leyenda, tanto la de la perversa seductora como la de la romántica suicida por amor. El discurso de los historiadores debe ser más desapasionado. A la luz de la información disponible, muchos creen que su suicidio pudo ser una muestra de orgullo de quien, por ser reina, no admitía dejarse exhibir como trofeo en Roma. Un acto, en fin, íntimo y político a la vez.


 

¡¡Espero que os haya gustado!!

2 comentarios:

  1. Hola carmen Estoy leyendo tú bloc y te felicito me está gustando mucho k tengo k darte las gracias de verdad porqué gracias a personas cómo tú cojemos conocimientos
    Así qué carmen repito muchas gracias y sigue mandándonos tus vivencias con nosotros

    ResponderEliminar
  2. Anónimo no se quien eres, pero muchas gracias por hacer un comentario. Me imagino que eres alguien del grupo. Un abrazo.

    ResponderEliminar