En Creando escritos, hicimos un juego con globos, todos del mismo color y tuvimos que pensar que nos sugería y en qué podríamos convertirlo. Cada una dijo algo distinto y nos hicimos preguntas, en mi caso yo pensé en una farola. Y esto es lo que escribí.
Soy una farola de las muchas que hay en el paseo, mi misión no es solo alumbrar cuando oscurece, es velar por el lugar y acompañar a los viandantes que pasan por mi cercanía. Tengo un lugar privilegiado en una esquina, con buenas vistas a la montaña. Cerca de mi una hilera de farolas alumbran el camino y los jardines. Por el día no alumbro, observo a los que pasan. A mi vera hay un banco donde se sientan muchas personas, de todas clases: hombres bien vestidos con ropas informales, gentes que leen el periódico o algún libro, enamorados que se besan y se declaran amor eterno, criadas uniformadas que se sientan en el banco y pasean los cochecitos de bebes que cuidan y vigilan los juegos de los niños. Por la noche algún vagabundo se acuesta en el banco hasta la madrugada. Me cuido y vigilo para que los ladrones no me roben los cables. Al amanecer los hombres pasean el perro, se acerca a mi y me mea levantando la pata. Eso me cabrea mucho, no lo puedo evitar. Y lo que más me irrita es cuando una paloma o algún pájaro se posa en mi cabeza y cagan sus heces.
Ay, si las farolas hablarán cuántas historias contarían.
ResponderEliminarMe encanta como desarrollas la reflexión de la farola y sus sensaciones, Mamen.
Un abrazo
👏👏👏👏👏
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