Pintado por Mamen a óleo de su colección Tauromakia
TODAVÍA HUELE A SANGRE
—¿Cómo que muchas veces huele a sangre?- Marta centró su mirada en el puente de la nariz de Abelardo.
—Si algo huele, huele siempre, si y lo percibes con intermitencias se debe a que tu sistema nervioso sufre desequilibrio. El hombre apartó sus ojos del rostro de la mujer.
— No estoy loco, ¡qué más quisieras tu...!
La dirección de una simple corriente de aire basta para propiciar un aumento o disminución en nuestra capacidad olfativa.
Abelardo, eres un demente cuyo discurso apenas manifiesta una cierta lógica más allá de un par de frases.
El hombre se dirigió a la ventana y descorrió de un manotazo la pesada cortina.-
—¡Ven aquí, asómate!-le ordenó.
Marta, apenas se hubo asomado, emitió un alarido infernal.
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