martes, 19 de abril de 2016

VIAJE A SINTRA EN PORTUGAL

Seguimos el viaje que hicimos a Lisboa y visitamos la ciudad de  Sintra. Visitamos el Palacio Nacional de Sintra, La Quinta de la Regaleira y el Palacio de la Pena. Sintra está a sólo unos 30 km de Lisboa. Empezó a cobrar importancia cuando fue elegida como centro de residencia de verano de los reyes y nobles portugueses.

Foto de cabecera de Sintra
La parte baja de Sintra engloba el centro histórico del pueblo y está situada en la falda de la montaña. A ella llega el ferrocarril. Sintra es un pueblo que conserva su aire tradicional, con calles estrechas y empinadas y muchas tiendas de artesanía y souvenirs. Es muy turístico, casi demasiado, pero si vamos algún día laborable lo encontraremos mucho más tranquilo.


Palacio Nacional de Sintra

 Palacio Nacional de Sintra
De origen árabe, fue residencia de la familia real desde el siglo XII, donde se hospedaban principalmente en verano por el clima y por la abundante caza de la zona. Es el clásico palacio que vas recorriendo de habitación en habitación, donde destacan unas sobre otras, como la cocina y las dos grandes chimeneas, y que si no fuera por la historia que le rodea, podría decir que es bonito y poco más. Tened en cuenta que tanto la Quinta como el Palacio da Pena son los top del lugar.

Una zona de  Sintra donde está situado el ayuntamiento

Muy cerca de la estación, podemos visitar el Palacio Nacional de Sintra, que fue construido en el siglo XVI y perteneció a la Familia Real portuguesa. Tiene cierta mezcla de estilos, ya que con el paso de los años se le fueron añadiendo partes y diferentes estilos decorativos. Destacan sus azulejos y su zona de decoración de estilo manuelino.                                                                     
La visita al Palacio Nacional de Sintra es visitar la historia del arte. Mezcla de estilos, combinando el gótico y manuelino con influencias mudéjares, La influencia árabe se nota en todo el Palacio Nacional de Sintra, habiendo incluso una habitación con su propia fuente mudéjar, al más puro estilo Alambra de Granada. Hay estancias que están decoradas completamente según a lo que  la utilizaban.

 La sala de los Escudos

La Sala de los escudos (Sala dos Brasões) es posiblemente la más espectacular del palacio,con su alto techo abovedado en el que hay tallados 72 escudos de armas de familias nobles.


 Techo de la sala de los escudos
Hay unos techos espectaculares y dignos de contemplar y observar con mucho detalle.
          
      Sala de los Cisnes  


De ahí que la sala de los cisnes tenga todo su techo recubierto con estos animales. 


         La  cocina
  
   
La visita de este palacio a la cocina, donde los jarrones chinos se mezclan con las ollas de cobre y chimeneas son aún más grandes de lo que parecen desde fuera. 



    Centro de Sintra
  Rincones de Sintra donde  comprar  recuerdos


Lo mejor que hacer en Sintra en su zona urbana, es callejear por sus calles estrechas. No nos llevará mucho tiempo. Allí podremos comprar recuerdos o disfrutar de algunos de los dulces típicos de la zona. La especialidad local es la Queijada de Sintra, un pastel pequeño hecho a base de requesón.

  Parte de  calles Sintra y paseo hasta la finca Regaleira
Si la parte más nueva es tan espectacular, imagínate cómo será el casco histórico para comprobarlo hay que darse un paseo, bordeando la colina de la Sierra de Sintra, que separa la villa en dos. En unos minutos llegaremos al verdadero corazón del romanticismo, donde sus estrechas callejuelas en cuesta y empedradas, típicas en Portugal, Donde hay muchas tiendas de recuerdos y deliciosas pastelerías dan paso al imponente Palacio Nacional de Sintra, coronado por dos grandes chimeneas, que recuerdan a unos pechos.


Palacio Nacional
Una casa  cerrada 
Hay algunas casa solariegas cerradas muy abandonadas y lugares un poco descuidados.                                 
   
      
       Como estaba la decoración de la calle en una tienda de regalos 
                                            
El pueblo es una maravilla, vayas donde vayas es todo monumentos y rincones preciosos, con calles empinadas.
        
       Terrazas que  invitan al descanso y  a la  tranquilidad disfrutando de las vistas
                                                 
   Ayuntamiento de Sintra


Al lado del Ayuntamiento nos recomendaron un restaurante para comer un buen bacalao. Estaba muy bueno y bien preparado y sirvieron mucha cantidad. Vino la cocinera a preguntarnos si nos gusto el bacalao y yo le di la receta del Bacalao al pil-pil,  que  ella no conocía.

        Mi marido dispuesto hincar el diente al bacalao al horno


Después de comer nos dirigimos a visitar la Quinta Regadeira, un lugar maravilloso y con muchos jardines. Algunos lugares estaban un poco secos, era setiembre.                                  
Camino de  visitar la Quinta de la  Regaleira, una de las joyas de la corona de Sintra

La quinta da Regaleira

Quinta da Regaleira 

Mi marido en la entrada de la finca
La Quinta da Regaleria es posiblemente con uno de los jardines más bonitos del mundo. Es famoso por su elegante recorrido a través de cuevas subterráneas, pozos sacados de un cuento de hadas o cascadas surgidas de un paisaje digno de los dioses. Allí mismo nos dieron un mapa muy detallado donde aparecen los principales puntos y una breve introducción histórica de este jardín. Conviene llevar a mano este mapa, ya que es fácil perderse. 

Quinta da Regaleira y entrada
Os recomiendo que empecéis por el suroeste,a la izquierda de la entrada, para subir poco a poco y luego bajar por el este. A la entrada, a la derecha de la taquilla, está el Palacio de la Regaleira, Majestuoso y que merece la pena dejarlo para verlo al final.
Torreón 
Nos recomendaron llevar linterna y la dejamos en el coche, pero por suerte con la luz del móvil pudimos explorar las grutas de la Quinta, un laberinto que no te esperas encontrar en un jardín. Estas cuevas están nada más entrar a la izquierda, por lo que nada más empezar ya comienza la aventura.
Torre del pozo 
Pozo desde arriba

         
Pozo iniciático desde abajo 
                      
       

                                                
                                                        





    
























Un templo para los masones. Por todo el complejo encontraremos referencias a la masonería y a los templarios, como la cruz de la Orden del Temple esculpida en el pozo iniciático. Al parecer, Carvalho Monteiro era uno de los miembros de esta secta en Portugal, además de aficionado a la astrología, el esoterismo y las ciencias ocultas, y quiso dejar constancia de ello en cada rincón de la finca.

Simplemente es sorprendente. Es como un torre invertida, bajo tierra. En vez de desafiar al cielo desafía las profundidades, el mundo al revés, pero de belleza monumental. Casi carece de luz, pero le sobra humedad, un punto que le da un toque natural por el verdor de sus paredes.

Jardines y cascada  la foto no es buena 
Pasadizos naturales
Gruta de la quinta



Entrada secreto  al pozo iniciático
Una de las fuentes
Lago y piedras para pasar 

Otra fuente
Jarrón en este parque 

Después de las grutas subimos poco a poco visitando lugares como la capilla, las torres y varias cascadas, hasta alcanzar unas murallas y el Pozo iniciático.
Puerta para entrar al posterior al edificio



Jardines y entrada a la Quinta

Hay aceras y caminos en la quinta empedrados y con desniveles.


Camino empedrado
Acera en el exterior   con estrellas
Subidas en escalera  de piedras


 Terraza conejo con alas y otros seres mitológicos.


Toda una tarde no es suficientes para conocer este inmenso jardín, que por sí sólo es razón suficiente para visitar Sintra. Tranquilamente podemos pasarnos toda la tarde en la Quinta de la Regaleira, y seguiremos queriendo más tiempo para explorar sus rincones, los jardines, pasadizos y bosque.

En el interior de la Quinta
Lobos de tesela en el suelo, escenas bucólicas pintadas en las paredes, conejos con alas, tacitas de fina porcelana francesa, escaleras con barandillas imposibles, canguros custodiando las almenas, todo en este palacio es de lo más extraño.

Chimenea con un tallado espectacular

Biblioteca, me hubiese encantado mirar uno por  uno cada libro

 Palacio da Pena
                     

El Palacio da Pena es la imagen de Sintra, su portada, su símbolo. El estallido de color de este palacio es de fama mundial. Parece haber nacido en una pastelería, con esos colores dignos del mejor repostero de la ciudad. Sabíamos que al llegar no nos escaparíamos de las hordas de turistas, normal, ya que con diferencia es el más visitado.

 
Ya una vez en el palacio destacar sus vistas a toda la sierra de Sintra, gracias al genio creativo de Fernando II, exponente del romanticismo del siglo XIX. No cabe duda que es un Patrimonio Mundial.


Sólo hay que ver la gran torre roja, los muros amarillos, las fachadas azules y las torres redondeadas, que parecen de cuento de hadas.

 Adamastor estatua de Tritón, el Dios del mar, en el Palacio da Pena


A lo largo de la visita podremos apreciar claramente cómo en la reconstrucción del palacio, que data del siglo XIX, se incluyeron diversos estilos arquitectónicos: motivos mudéjares y manuelinos se integran con torres góticas y mobiliario barroco en su interior, dando lugar a este extravagante y espectacular castillo cuyas estancias interiores también se pueden visitar.
 

Tres torres de distintos estilos que conviven en el Palacio da Pena.


Entrada de puerta árabe



Este palacio tiene diferentes estilos arquitectónicos.
Motivos mudéjares y manuelinos se integran con torres góticas y mobiliario barroco en su interior, dando lugar a este extravagante y espectacular castillo cuyas estancias interiores también se pueden visitar. A ecléctica y es que el eclecticismo es una de las señas de identidad del Palacio da Pena, cuya arquitectura, mezcla de estilos y corrientes estéticas, resulta única en el mundo: en el palacio podremos observar elementos clásicos portugueses, como los azulejos que recubren las paredes, y también otros propios del Romanticismo, con numerosas referencias mitológicas y también religiosas.
Adamastor es la criatura mitológica que nos recibe a la entrada del palacio

Alrededor de un pequeño patio central de claras reminiscencias árabes se distribuyen varias habitaciones privadas utilizadas, antiguamente, por los habitantes del palacio: un comedor dispuesto para la cena, cuya vajilla se cambiaba diariamente en función del color del vestido que luciera la reina; los dormitorios de la familia real o los salones donde pasaban su tiempo de ocio y recibían a otras personalidades de la Corte.
Patio interior 

Comedor

Uno de los  lugares que me gustó ver es, sin duda, la antigua cocina, plagada de utensilios, moldes, cacerolas y cacharros que harían las delicias de cualquier cocinillas.

Cocina

Como fortaleza no será nada eficaz, pero bonito es un rato. El interior del palacio no se queda corto, con salones recargados hasta los topes con multitud de objetos, algunos tan curiosos como la bañera–ducha, la caja de juegos de mesa portátil, el vetusto teléfono o el juego de café repleto de flores.


Mesa y sillas talladas  
Bañera-ducha 



Este lugar  hay que  volver de nuevo, para poder visitar varias veces y  disfrutar del lugar 

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