Pesaban muy poco pero
aplastaban sueños más livianos. Pesaban más las pesadillas y eran
más insoportables. Sobre todo cuando se despertó por la mañana y una de las
pesadillas se hizo realidad. Aquella carta recibida del banco donde le
comunicaba la entrega de su casa al no cumplir los plazos del pago de la
hipoteca. Se acabaron los sueños y el esfuerzo de muchos años pagando
puntualmente, mes a mes. Lo inevitable llegó cuando le echaron del trabajo. ¡Por
qué llegó la crisis!
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palabras.
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