Deberías ver las rozaduras de mis talones. Tú me obligaste a caminar por ese
sendero que no tenía fin. Te pregunté ¿llegamos ya? y me contestaste falta
poco, está ahí al ladito. ¡Venga camina! Disfruta del paisaje tan verde y
montañoso. Vas a conocer el lugar donde el silencio se oye. ¡Es que ya no puedo
más! y tú insistiendo está ahí al ladito. Menos mal que volvimos en el autobús
de línea. Cuando me quité las zapatillas, mis pies eran un poema. Nunca te debí
de hacer caso. ¡No sé! me puse tus zapatillas que eran de un número menor al
mío.
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palabras
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