El baúl de los juguetes está cada vez más vacío. Ella entraba a esa habitación donde jugaba con su amiguita cada día. Le gustaban los juguetes de su amiga y no sabía cómo hacerse con ellos. Cada día cogía un juguete y se lo escondía debajo de su camiseta. La dueña del baúl notaba que le faltaba un día su oso, otro día no tenía un cuento, otro día le faltaba el tebeo de su colección. Cuando se quiso dar cuenta ya le faltaba hasta su muñeca preferida. Se puso a llorar de pena. Pero no se percató que era su amiga quien se los llevaba.
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