miércoles, 26 de diciembre de 2018

Cuento muy real de Navidad


Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioareki ikatz egitera.
Aditu duenian
Jesus jaio dela
lasterka etorri da 
berri ona ematera.

Estábamos todavía en la cama el día 23 de diciembre cuando nos despertó un cántico abajo en el parque.  Me asomé a la ventana de nuestra habitación, allá  abajo cantaban un grupo de gente en coro, que rodeaban a un hombre barbudo vestido de casero montado en  su  burro. Llamé  a mi mamá y vino al oír la llamada. Mi  hermana  se  despertó  también.  Mamá nos dijo que lo que cantaban la  gente  eran villancicos en  vasco. 

Nosotras por entonces no conocíamos la lengua vasca y no entendíamos nada, apenas habíamos llegado desde el pueblo a vivir a la ciudad de Eibar y  tampoco conocíamos las costumbres del país.

Horra! Horra!     

Gure Olentzero! 
Pipa hortzetan duela 
eserita dago 
kapoiak ere baditu 
arraultzatxuakin 
bihar meriendatzeko 
botila ardoakin. 


Mamá nos dijo que nos vistiéramos que saldríamos a ver al Olantzero, que era un carbonero que traía los regalos la Nochebuena a los niños vascos. Salimos junto con unas vecinas, dos hermanas Isabel y Victoria que vivían en la misma casa y nos unimos a la comitiva en parque. Con Olantzero vestido de casero con una boina muy grande, subimos con el grupo hasta la Plaza de Unzaga. En el camino pudimos y oír varias canciones. Aunque todavía no sabíamos nada de la lengua Euskera.


Inolaz ezin dugu     
Olentzero ase
bakarrik jan dizkigu 
hamar txerri gazte. 
Saiheski ta solomo 
makina bat este 
Jesus jaio da eta 
alaitu zaitezte. 
Horra! Horra!...


Al día siguiente era Nochebuena nos levantamos muy temprano para ir a la estación  a esperar el tren para  ir casa de mis tíos y primos a pasar la Navidad, todos en familia. A las ocho de la mañana cogimos un tren que  era de asientos de madera y  en Durango cogimos otro hasta Apatamonasterio donde nos bajamos. Desde allí fuimos caminado unos kms. hasta hasta Arrazola  y subir hasta  el caserío donde vivían mis titos y mis primos. En el camino íbamos cogiendo hierbas y lechuginos para los conejos que tenían mis  tios. 
Con mis primos José Antonio y  Aurori fuimos por los caminos a buscar musgo para montar el belén.  Entre caseríos nos encontramos niños cantando villancicos, caserío por caserío. Nos unimos a ellos, mis primos ya sabían cantar en Euskera, porque al vivir en una zona rural se aprende antes el Euskera en la escuela.
Los caseros y caseras que visitamos nos dieron dulces y caramelos. 
Por la tarde, con mis  primos  pusimos el  belén, José Antonio se preocupó de colocar el musgo y el río, el agua le puso la plata que envolvían los caramelos y mi prima Aurori yo hacíamos las figuritas con plastilina, mientras que mi hermanita era pequeña y correteaba por la casa. Nos quedó un nacimiento muy  bonito.


Mis  mi tío Máximo y mi padre cortaban leña para el fuego y recogían verduras de la huerta. Mi tía Aurora  rellenaba un pollo mientras que mi madre hacía rosquillas. 
En casa todos unidos cantábamos villancicos que ellas sabían de sus antepasados. Llegó la  hora de la cena y con alegría cenamos  todo lo preparado por  la tía y mamá. 
En casa de mis titos si nos trajo un regalo el Olantzero y nos regalaron  juegos reunidos Geiper.
En nuestra casa de Eibar nos dejaron  ningún regalo. Esperabamos  que llegaran los Reyes Magos.


Villancico Traducido.
Olentzero se ha ido 
al monte a trabajar 
con la intención 
de hacer carbón. 
Cuando ha oído 
que ha nacido Jesús 
ha venido corriendo 
a dar la buena noticia. 

Míralo! Míralo! 
Nuestro Olentzero! 
Con la pipa entre dientes 
está sentado 
también tiene gallos capón
con sus huevos 
para merendar mañana 
con una botella de vino. 

No podemos de ninguna forma 
llenar a Olentzero 
se ha comido él solo 
diez cerdos jóvenes. 
Costilla y lomo 
un montón de intestinos 
ha nacido Jesús 
y os tenéis que alegrar. 

Míralo! Míralo!...





¡¡Espero que os  guste!!

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