Viajamos a la Rioja con el grupo de Pagatza, la escursión de un día. El tiempo era fresco y ventoso. por la mañana. El primer lugar que visitamos fue el Poblado de la Hoya.
El Poblado de La Hoya, fue entre el 1200 a.C y el 250 a.C el núcleo urbano de mayor pujanza social y económica del espacio que hoy en día conocemos como la Rioja Alavesa. Un poblado, que, estructurado perfectamente con calles y plazas, acogía a más habitantes que ningún otro. Hoy en día, el centro de interpretación de La Hoya, más conocido como el Museo de La Hoya o simplemente Poblado de La Hoya, nos explica la forma de vida de aquella época.
Su ubicación, entre viñedos, en un paraje de película, protegido por la Sierra de Cantabria y con Laguardia como telón de fondo, es otro de sus encantos. Maravilloso. Y es que, gracias al yacimiento arqueológico excavado en los últimos años del siglo XX, hoy en día es posible conocer detalles tan asombrosos como la arquitectura de las casas que se encontraban en este poblado o las tradiciones funerarias de aquella civilización.
Aunque el Poblado de la Hoya cuenta con cota cero, sin barreras arquitectónicas visibles, tanto el edificio que alberga la exposición como el espacio exterior, cuentan con superficies un tanto complicadas para personas con movilidad reducida o personas que acuden con sillas de niños. Un pequeño detalle, que, aunque no impide la visita a este lugar, se debe tener en cuenta. Precaución.
Este centro de interpretación está dividido en 2 apartados, por una parte el museo, ubicado en un pequeño edificio que encontramos junto a la entrada y el yacimiento arqueológico, un espacio al aire libre que nos permite contemplar los restos del poblado de La Hoya.
No es nuestro primer contacto con este lugar, y es que, durante nuestra visita al museo Bibat, un complejo que alberga el museo de Arqueología y el Museo Fournier de Naipes en el centro de Vitoria Gasteiz, tuvimos ocasión de familiarizarnos con este pequeño tesoro de nuestra historia. Gracias a las investigaciones, hoy podemos afirmar con total seguridad que el poblado que hoy visitamos fue asaltado e incendiado un día de mercado.
Un hecho, que fue vital en la desaparición de este nucleó urbano, favoreciendo así, a lo que hoy en día conocemos como Laguaria. ¿Sera casualidad que Laguardia se encuentre en una atalaya natural? ¿O se debe a que los antiguos habitantes de La Hoya aprendieron la lección y se situaron en un enclave estratégico desde donde poder apreciar cualquier ataque enemigo?
A nuestra forma de entender, viajar a Laguardia y no visitar el Poblado de La Hoya es un auténtico disparate. Y es que, la historia, cultura y forma de vida de cada espacio es lo que hace que cada destino turístico que visitemos sea totalmente diferente al resto.
Gracias a los paneles, maquetas, videos y audios ubicados a lo largo de todo el museo de La Hoya, este espacio vasco se ha convertido en un plan apto para el turismo familiar. Un lugar, donde los más pequeños de la casa pueden empezar a familiarizarse con la historia del suelo que pisan. Además, el hecho de que la visita se pueda realizar en menos de 1 hora y que parte de la visita se realice al aire libre, hace que la visita a este museo se convierta en una experiencia muy facil de digerir para nuestros niños y niñas.
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¡¡Espero que os guste!!
Qué interesante. Y cuántos lugares repletos de historia esperan ser recorridos.
ResponderEliminarA disfrutar del viaje. Un abrazo.
Jorge siempre en cada rincón que se visita hay cosas muy interesantes que ver. Si no conoces la Rioja Alavesa te invito a que vengas y la conozcas de primera mano. Un abrazo.
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