Llegó la hora de comer y fuimos a un restaurante que estaba al lado de una fortaleza, o por lo menos había cañones. Enfrente se divisaba la cuidad.
Pepe. Mari Angeles, yo y tres oliventinos, el chico compañero de trabajo de mis primos Marianito y Ruben. |
Desconozco el nombre del restaurante pero el lugar fue muy agradable. La comida consistió en: de 1º Ajiaco, 2º Bacalao y de postre helado.
Entraba este barco precioso. |
El grupo de oliventinos |
Después de comer hicimos un tour por La Habana en coches antiguos de los años 50. Fue muy divertido.
El nuestro es un Mércury de 54 |
Recorrimos las calles de La Habana, pudimos ver y comparar las calles donde la ciudad estaba arreglada y donde los edificios estaba casi en la ruina. Muchos caídos.
En muchas casa se notaba el deterioro. |
Cerca del Capitolio. |
Paramos en este parque a hacer un descanso.
El Bosque de La Habana queda un poco alejado del centro histórico y sólo lo recomiendo conocer cuando se alquile una excursión en los autos descapotables de época. De ser así, la experiencia de visitar este bosque en un auto sin techo fue genial.
Parque o bosque de Almendares
Este parque tiene la característica de ser un lugar muy autóctono. Prácticamente la vegetación que se encuentra en este lugar. Para algunos puede parecer que el lugar carece de mantenimiento, pero la realidad es que en este parque encontramos la naturaleza tal cual es.
El lugar es muy espectacular, con esa mezcla de agua y vegetacion exuberante. las lianas que enredan los arboles son preciosas y sugieren todo tipo de figuras.
Pasaba el rio Almendares que le da el nombre al lugar. |
Después del paseo nos llevaron al hotel en el coche. Nos dimos una ducha y nos vestimos para ir a cenar. Nos recogió el bus para llevarnos a La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña a ver los cañonazos en el fuerte. No saqué fotos de noche ya que no llevé la cámara.
Fortaleza de San Carlos de la Cabaña
Foto de internet. |
La fortaleza conocida coloquialmente como La Cabaña, es una fortaleza del siglo XVIII situada en la entrada de la Bahía de La Habana, que junto a la fortaleza de La Punta y el Castillo de la Real Fuerza de La Habana defendían la ciudad frente a cualquier ataque enemigo o pirata.
Con puntualidad más allá de la exactitud, todos los días del año, ya sean de fiesta o de duelo, a las nueve de la noche, ni un minuto más ni un minuto menos, desde la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña se dispara un cañonazo, llamando a revisar los relojes.
Fotos de Internet |
La aventura desde esta visita comenzará mucho antes de llegar al Cañonazo, porque para ir a la Fortaleza de la Cabaña debes cruzar la bahía, pues se encuentra al otro lado del puerto habanero. La manera más rápida de llegar hasta allí es tomando un taxi o un bus que atraviese el Túnel de La Habana: una de las siete maravillas de la arquitectura cubana.
Nos llevaron a cenar a un lugar muy bonito, con música, bueno la música en directo estaba en todos los Resaurantes. Ya de antemano pedí una cena que tendría pescado y marisco y pagamos 38€ y Pepe pidió el otro menú de ropa vieja y arroz con fríjoles, tampoco nos gustó 32€.
Mi menú estaba soso, las gambas estaban peladas y no sabian a gambas y la langosta parecia pollo frito. Las compañeras de mesa no comieron casi nada no nos gustó a nadie.
Regresamos al hotel a dormir y tuvimos el mismo problema con la tarjeta. Volvimos a recepción a activarla. Dormimos muy bien, teníamos que madrugar a las 6 para ir al Parque Nacional de Viñales.
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