jueves, 13 de julio de 2023

Fiordos Noruegos: Stavanger vistas desde el crucero y casitas blancas 2ª parte 14-6-23

  Después de comer yo no podia caminar y me quedé en el barco. Esta vistas son las que se veían desde la planta 12. 

 Pepe bajó hacia las casa blancas, son de particulares. Me dijo que eran una maravilla, mucha limpieza y los jardines muy cuidados con bonitas flores.




  Stavanger en Noruega es una ciudad con rincones encantadores, muchos de ellos protagonizados por casas de madera. No en vano, estamos en la ciudad con más construcciones de este tipo en Europa. Cerca de 8000 casas de madera salpican esta localidad portuaria.

  Acostumbrada al ladrillo, estas casas me transmiten calidez y me imagino en su interior leyendo tumbada en una mullida alfombra junto al fuego. O viendo a los paseantes tras las cristaleras. Sin persianas, claro. 

Las casitas blancas de particulares.

  Estamos en Gamle Stavanger, la ciudad de las casas de madera en el casco antiguo de Stavanger, compuesto por 173 casas que empezaron a ser construidas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, hasta la Segunda Guerra Mundial, y teniendo en cuenta la renovación a lo largo de los años tras varios incendios.

  En 1975, año de la protección de la arquitectura, esta valiosa parte de Stavanger fue objeto de un proyecto piloto. Fue precisamente cuando la industria del petróleo se convirtió en el primer sector de actividad de la región. El barrio luce renovado, blanquísimo, y junto a los hogares hay varias galerías y ventas de artesanía.

  Este conjunto desde sus inicios era observado desde la parte opuesta del puerto, desde la Torre de Valbergtårnet, antiguamente el punto más elevado de la ciudad. Allí los vigías hacían guardia para detectar los incendios y marcaban las horas. Hoy la torre es una galería privada de exposiciones.

 La mayoría de casas en Gamle Stavanger son pequeñas y de un blanco impoluto, con las cortinas a juego. 

 Y por las banderas de Noruega, que de tanto en tanto se asoman desde los tejados de las casas de madera. La conservación de este barrio peculiar le ha valido varios premios. El lugar está muy mimado.

 Estas casa están sacadas desde el crucero.


 

Pepe sube la calle.

   

Mientras Pepe estaba en la ciudad yo descansé y tomé el sol.



  Más tarde me preparé para ir al teatro y juntos, con una copita de cava fuimos al teatro Rosso a ver este espectáculo.

  Cada noche la cena era una sorpresa, a veces no entendíamos la carta y todo lo que pedíamos estaba muy rico.


 Después subiamos al puente 10 y comtemplámos el atardecer.


 Y después en el puente 10 bailamos un rato antes de ir a dormir. 

   



Fuentes: Stavanger

¡¡ Espero que os guste !!



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