miércoles, 22 de enero de 2025

Creando escritos: Pasando por el bosque 22-1-25


  Miro la postal y veo un un camino que me interna  en un  bosque. Busco en mi interior a las musas que me hacen recordar a los personajes mitológicos de los cuales he escrito bellas historias: elfos, hadas, anjanas duendes etc... pero solo es un recuerdo.

  No consigo olvidar este año pasado que ha sido una pesadilla, que no me deja ver más allá del bosque.

Sigo pensando y me viene a mi memoria una caso que le ocurrió hace muchos años a mi prima cuando tenia unos 12 años.

  Por entonces mis tios vivian en un barrio de caserios del duranguesado. Mi prima para ir o volver de la escuela tenia que recorrer un camino de unos 2 Kilómetros y medio, entre pinos. Una tarde cuando volvia de la escuela a casa le salió de entre los árboles un hombre vestido con una gabardina y desnudo con el pene fuera. Mi prima echó a correr y pudo escaparse del individuo. Llegó a casa llorando y asustada. Al día siguientes mis tios fueron a la guardia civíl a poner una denuncia. Le detuvieron.

 Desde entonces cuando iba a visitar a mis tios nunca fui sola por ese camino, siempre me acompañaba una persona adulta.

   Eran fiestas de  San Faustos de Durango, un día bajamos a divertirnos a la fiesta. Yo había extrenado mis primeros pantalones de tergal que me habia comprado con mis ahorros. Cuando regresábamos a casa de mis tios ya entrada la noche. Volviamos en grupo las amigas de mi prima y mis primos que nos habíamos esperado para subir todos juntos. 

  En el silencio del camino yo comencé a escuchar un ruido, como de pasos y les puse en aviso a los demás. Mi Primo mayor me alentaba de que caminara y no me parara, ya que ellos no habian oído ningún ruido. Comenzamos a caminar y oía el mismo ruido, me paraba y miraba hacia atrás, se paraba el sonido. Cuando volvía a caminar el ruido comenzaba de nuevo. Así pasé todo el camino, con miedo de que alguien nos seguíera. 

  Cuando llegamos a casa y entramos al saguán, yo seguía con el miedo en el cuerpo hasta que me paré y el ruido paró. En ese momento empecé a reirme de mi misma, me dí cuenta que el ruido lo producia yo misma con el roce del pantalón de tergal.


Esta postal es la que recogí en la clase anterior para escribir una historia  en este paisaje.

¡¡Espero que os guste!! 





5 comentarios:

  1. Hola.
    Mucho ánimo Mamen, pronto verás más allá del bosque.
    Me ha encantado la historia, bueno, lo de tu prima no, claro, vaya mal trago, pero el ruido de tus pantalones de tergal sí.
    Una historia preciosa.
    Muy muy feliz jueves.

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    1. Gracias por tu comentario. Son recuerdos de juventud. Un abrazo.

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  2. Hola, Mamen. Cuánto tiempo sin aparecer por aquí, je, je.
    Esta historia demuestra que el miedo nos hace ver e imaginar cosas irreales, aunque también es verdad que el escenario en el que tuvo lugar era un tanto lúgubre y propenso para el miedo.
    Un abrazo.

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    1. Josep, a ver si voy retomando mis entradas en el blog. la imaginación es lo que a veces hay que echar a volar. Un abrazo.

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  3. El texto comienza con una imagen poética y melancólica, la postal del bosque, que llama a la introspección. La mención de las musas y los personajes mitológicos (elfos, hadas, etc.) parece conectar con la creatividad y la imaginación, pero el peso del "año pasado" introduce un contraste sombrío. Este inicio crea una atmósfera de añoranza frustrada, como si la narradora estuviera atrapada entre un pasado mágico y un presente doloroso.
    La historia del hombre en el camino es inquietante y refleja un trauma real, con detalles que la hacen verosímil (la gabardina, la denuncia, el miedo persistente). Este relato introduce un tema de vulnerabilidad y peligro, especialmente desde la perspectiva de una niña.
    La segunda parte, centrada en la experiencia de la narradora durante las fiestas de San Fausto, aligera el tono con un giro inesperado y autocrítico. El miedo a ser seguida, que conecta con la historia previa de la prima, se resuelve de manera cómica al descubrir que el ruido provenía de los pantalones de tergal. Es un momento de alivio que compensa la tensión acumulada. La narradora tiene una gran capacidad para reírse de sí misma y encontrar ligereza en un recuerdo que inicialmente fue aterrador.
    La mezcla de miedo, nostalgia y humor crea un relato memorable.
    Te felicito, Mamen.
    P.D.: acabo de seguirte.

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