lunes, 10 de octubre de 2016

CONCURSO MIL FORMAS DE MORIR " Mi propia experiencia"


Relato para el concurso de Circulo de Escritores : Mil  formas de morir



De madrugada



— A Juan darle dieta de complacencia, no quiere comer y debe alimentarse con lo que él desee ¡Cuidado! tiene vía subcutánea con suero para hidratarse, puede que de esta noche no pase. Nos dijo la enfermera. 

Fuimos a su habitación y su respiración  era muy fuerte, tenía la boca seca, se la refresqué con un palo de limón, él lo absorbía, lo mojé en agua y lo apretaba en su boca. Abrió los ojos con su mirada me decía gracias. Tomé su mano y sus dedos estaban blanquecinos y las uñas moradas. Le acaricie el rostro casi frío y la nariz puntiaguda me indicaba que le faltaba poco para morir. Nos fuimos de la habitación para dejarle tranquilo, respiraba más lento. 
Llame a su hermana ella quería estar con él en si último respiro. Me lo agradeció. 
Mientra seguimos con nuestro trabajo. Ella acompaño a su hermano en su última hora. Nos llama por el teléfono ¡Ya, está! Cruzó el túnel  tranquilo.

De tarde

 A Begoña le gustaba los perfumes, en su habitación siempre olía muy bien. Aquella tarde me tocó darle de merendar. Comió solo la primera cucharada. Llamé a la enfermera y me dijo:

— No la fuerces ya le está llegando su hora. Le queda poco.

—¡Me quedo con ella! Le acompañaré.

Estuve hablándole a suave para que no se sintiera sola. La aseé, le cambié el pañal, la peiné y le puse un poco de su perfume. En la habitación ese aroma disimuló el olor a muerte. Tenía los ojos cerrados estaba serena, le acaricie su rostro, le di un beso y le agarré la mano. ¡Tranquila Begoña! que yo te acompaño. A pocos minutos dejó de respirar abrazada a mí.

En la vecindad

La vecina de al lado golpeó la pared, me percaté que algo estaba pasando. Fuimos de inmediato, Llame a urgencias que enviaran un médico. Mi vecino tenía el mando de la televisión en la mano. Estaba con la boca abierta, su rostro morado, los ojos abiertos y sin conocimiento. Lo tumbé en el sofá y le hice unos masajes en el corazón. Ya no respiraba. Le toqué la vena yugular, no latía. Llegaron los médico, aunque le hicieron reanimación nada pudieron hacer por salvar su vida. Había muerto repentinamente de Infarto.

Ataudes 



Derechos  reservados

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