jueves, 29 de diciembre de 2016

Árbol " Ginkgo biloba, Albaricoque plateado"

Hoy os quiero mostrar unas fotos e información, de un árbol que tenemos en el jardín de la residencia donde trabajo. Siempre que miro por la ventana o salgo de la residencia allí está, siempre precioso y en cualquier estación del año. En primavera muestra un color verde suave, en verano frondoso. Cuando más me gusta es en otoño, cambia verdes a ocres y amarillos relucientes. Me encanta, no sabía su nombre y por la forma de abanico de sus hojas busqué información en Wikipedia. Subo fotos de su forma y sus colores.  En que esta en nuestro jardín debe de ser macho por el colorido. No he visto que tenga frutos. En primavera lo observaré. Esta mañana cuando salí lo mirés está en esqueleto, ya se le han caído todas las hojas. 
A finales del otoño muestra éste colorido


El nombre original de este árbol en chino es "albaricoque plateado" (yín xìng, en caracteres tradicionales, en caracteres simplificados).En algunas partes de China se conoce actualmente con el nombre de (bái gu), que significa "fruta blanca".



En Jardín  al lado del árbol 

El Ginkgo biloba es un árbol caducifolio, dioico, con tronco recto, cilíndrico, y ramas extendidas que forman una copa piramidal. La corteza es clara y lisa. Las hojas son de color verde claro, muy bonitas, simples, largamente pecioladas, planas, con nervadura dicotómica que las divide en lóbulos, dándoles su singular apariencia de abanico.


En primavera luce así de  verde

El científico alemán Engelbert Kaempfer, el primer occidental en ver la especie (en 1690), anotó el nombre de la misma en su Amoenitates exoticae (1712) con la extraña escritura Ginkgo en lo que parece un simple error de transcripción. Tomando en consideración su escritura de otras palabras japonesas, una transliteración más precisa habría sido Ginkio o Ginkjo.2 fuente Wikipedia.
El nombre de "árbol de los 40 escudos" se debe al precio que pagó un aficionado parisino a un horticultor inglés por la compra de cinco ginkgos al precio de 40 escudos cada uno.

Cuando comienza a cambiar los colores está entre los verdes  y ocre.


Árbol caducifolio de porte mediano, puede alcanzar 35 m de altura, con copa estrecha, algo piramidal y formada por uno o varios troncos. Sus ramas, generalmente rectas y empinadas, son gruesas y rígidas ya en los ejemplares jóvenes, aunque la ramificación en éstos suele ser laxa, e incluso pobre. La corteza es de color pardo grisácea o pardo oscura, con surcos y hendiduras muy marcadas.
Las hojas, de color verde claro y de entre 5-15 cm, son planas y en forma de abanico con nervadura dicotómica; las nacidas en los brotes largos suelen presentar muescas o lóbulos.

Cuando entramos y salimos está al lado de la verja. 
Los sexos están separados, presentando los ejemplares masculinos inflorescencias amarillas agrupadas en amentos cilíndricos, muy numerosos y que nacen en los brotes cortos. En los femeninos, las flores se encuentran en grupos de 2 o 3, produciendo una semilla blanda de color marrón amarillento y textura carnosa que suele confundirse con una drupa, tornándose al madurar verde grisáceas; la cual es comestible. Al abrirlas despiden un olor rancio ya que contienen ácido butírico. Tratándose de una gimnosperma, sus semillas no se forman en un ovario cerrado con una pared que las protege. Botánicamente, las estructuras parecidas a drupas que produce la planta femenina no son «frutos», pero son semillas con un caparazón de dos capas, una carnosa y blanda (sarcotesta) y otra dura interna (sclerotesta). Dentro de esta última está el protalo de color verde claro y que constituye la parte comestible del «fruto». Está rodeado por una fina envoltura más o menos traslúcida de color pardo-anaranjado; el embrión se sitúa en posición apical.
Es una especie muy longeva; se han localizado algunos ejemplares con más de 2500 años. Se necesita que tenga un ambiente húmedo para poder crecer.

En la salida y entrada ahí está  precioso casi siempre 
El ginkgo, testigo del tiempo. Darwin llamó a este árbol, con toda propiedad, fósil viviente, pues está considerado como la especie superior viva más antigua del planeta. El arte de la jardinería en la milenaria China reside en su carácter mágico y sagrado, pues el jardín es una representación viva del cosmos, con sus elementos sombríos y luminosos, dinámicos y estáticos, que están en un continuo equilibrio entre fuerzas opuestas. El ginkgo representa la dualidad del mundo: el principio masculino y el femenino, el cielo y la tierra, lo visible y lo oculto, el Sol y la Luna, el ying y el yang.3
Observar el colorido 
El único árbol en el mundo en parientes vivos, verdadero fósil viviente, pertenece a la familia Ginkgoaceae, compuesta por tres géneros, Ginkgoites, Baiera, que se extinguieron hace miles de años, y Ginkgo biloba, el que hoy nos ocupa.
Pintado en acuarela por Mamen Píriz 

Esta familia se extendió por toda Laurasia, supercontinente septentrional formado a finales del Paleozoico y principios del Mesozoico, al fusionarse los escudos continentales de las actuales Norteamérica y Eurasia. Durante el Jurásico y Cretáceo tuvo su mayor esplendor, pero comenzó a escasear y desaparecer al final del Pleistoceno, sobreviviendo sólo la especie actual, en una pequeña región de China central.



Uno de los ginkgos más antiguos de España se plantó en 1889 en el Jardín Botánico Universitario de Granada. Desde allí la poetisa y decana Elena Martín Vivaldi sentía la llegada del otoño a través de las hojas amarillas del ginkgo, que resaltan como los brillos de la joya del más preciado tesoro de su Jardín Botánico.
Así está hoy desnudo

Como crecen  las  hojas
La forma de las hojas  en verde


Algunas hojas tienen dibujos negros 
  
Echando la flor 
 Sus frutos

Ejemplar en Barcelona

Ejemplar en Eibar

Ejemplares en Holanda












Efectivamente, la mejor época para contemplarlo es en otoño, cuando presenta la llamativa coloración amarilla de sus extraordinarias hojas. Al pie de este gran árbol con un tronco de un metro de diámetro, se puede leer el poema que la poetisa le dedicó.





Un árbol. Bien. Amarillo
de otoño. Y esplendoroso
se abre al cielo, codicioso
de más luz. Grita su brillo
hacia el jardín. Y sencillo,
libre, su color derrama
frente al azul. Como llama
crece, arde, se ilumina
su sangre antigua. Domina
todo el aire rama a rama.

(Elena Martín Vivaldi, Ginkgo biloba, árbol milenario)


 Ginkgo biloba Parana en Argentina
“Después de la bomba atómica de Hiroshima, fue uno de los pocos árboles que quedó en pie en las cercanías del epicentro, por lo que se lo conoce como portador de esperanza.

El botánico alemán Engelbert Kaempfer (1651-1716) estaba en Japón trabajando para la compañía de las Indias Orientales cuando, en 1691, descubrió ejemplares de ginkgo vivos. Los descubrió en su obra Amoenitatum exoticarium, publicada en 1712. Más tarde llevó semillas de ginkgo a Holanda y en el jardín botánico de Utrecht se plantó uno de los primeros ginkgos de Europa, que todavía está allí”. Fuente: Wikipedia




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