Con los pies en remojo mientras pescaban una pulmonía por lo helada que estaba el agua. Comían los bocadillos mientras se refrescaban los pies. Recorrieron más de 13 kms. y, les quedaba la vuelta. Los niños aguantaron como jabatos la caminata, bajo un sol abrasador. Merecido fue el esfuerzo por lo fascinante de la ruta, al lado del precipicio. La recompensa estaba al volver y dormir bajo las estrellas.
62 palabras
No hay comentarios:
Publicar un comentario