La bruja Patrocinia
Me cuentan que hace un siglo vivía en la
el barrio de la Farrapa de Olivenza una mujer amiga de brujerías y
bebedizos llamada Patrocinia. Ella tenía una hija que se enamoró y se casó con
un hombre que no era del agrado de su madre. El matrimonio tenía dos hijas de
corta edad y la mujer estaba embarazada de gemelos cuando ocurrió una
desgracia.
El marido un trabajador del campo muy huraño, de
pocos amigos y de pocas palabras no trataba a su mujer demasiado bien.
Patrocinia cansada de ver el trato vejatorio que le daba este hombre a su hija, urgió una trama para acabar con la vida de su
yerno.
El hombre todos los días volvía a casa a eso de la
media tarde. Acostumbraba a merendar pan y queso y un vasito de vino.
Su mujer le dejaba preparado todos los días esa merienda sobre la mesa de la cocina.
Ese día Patrocinia aprovechando que su
hija no estaba, le preparó ella la merienda sobre la mesa y le puso en el vino un
bebedizo, con la intención de acabar con la vida de su yerno.
Pero
la fatalidad hizo que ese día la hija de Patrocinia volviera antes que su marido a casa. Al ver el vino y las viandas sobre la mesa, cogió un trozo de pan y queso y
se bebió el vaso de vino de un trago.
Cuando entró Patrocinia en
la cocina y al ver el vaso vació le preguntó a su hija:
— ¡Qué has hecho hija
mía! -señalando el vaso.
— ¿Madre qué?-Bebí el
vaso de vino que estaba sobre la mesa.
Patrocinia con gran disgusto le dijo a
su hija:
— ¡El vino no era para tí, era para tu marido!
A los pocos días la hija enfermó, murió,
y sus gemelos con ella. Patrocinia le había echado esa tarde un bebedizo con
la intención de acabar con la vida de su yerno y por desgracia mató a su propia hija.
El hombre al morir su mujer, no
congeniaba con su suegra se fue a trabajar a otro lugar y dejó a sus hijas al
cuidado de su abuela.
Patrocinia se volvió muy rebelde, enloqueció, sumida en una depresión por la pena que le causó la muerte de
su hija. Dicen que cuidó a sus nietas toda su vida a pesar que les dio un
trato vejatorio de maltratos y palizas.
He intentado
indagar más sobre esta historia que me la contó una amiga mía, biznieta de
Patrocinia, todavía vive su tía, y es una de las nietas de la Patrocinia, estuvimos preguntándole a ella
sobre la historia y ella no quiso remover el pasado. He preguntado a vecinas
del barrio y dicen que era una mujer muy rara y un apocada mujer. Murió muy
viejecita y vivió cuidada por sus nietas hasta su muerte. Según sus vecinas tenían
un aspecto de mujer antigua era muy alta y su vestimenta de negro por su forma
de vestir siempre con faldas largas y blusas muy amplias y con pañuelo negro en
la cabeza tenía parecido a una bruja.
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