martes, 12 de marzo de 2019

Microrrelato: La costurera



Habría cosido alguna vez un hilván. María había cosido, pasado, descosido muchos hilvanes. Fue una buena costurera. Su mente ya no le daba la información de coser. Su hija la pone a quitar hilvanes y ya no sabe hacerlo ¡Se enfada! Tira las tijeras, no sabe para qué sirven. No se distrae con nada, ni con ver la  televisión, solo le gusta  salir  a la calle.  Le encanta salir de paseo. Cada día su hija la pone guapa y salen  a pasear del brazo.  En casa no le gusta estar a María. Si no salen, persigue a su hija por la casa como un patito.


100 palabras 




12 comentarios:

  1. Imagino que la demencia se va instalando en María, como una ciénaga, donde se pierden hasta las habilidades más simples.

    Triste pero bien escrito tu texto. Pobre costurera, qué habrá en su mente. Un abrazo

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    1. con la experiencia que tengo, cuando empiezan hay mucha confusión y siguen a quien les cuidan para no perder la seguridad. Luego van en picado a no conocer nada. Un abrazo.

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  2. Pobre María, qué pena que a veces perdamos la memoria, los recuerdos y tantas cosas.
    Feliz martes.

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    1. Es una enfermedad muy cruel, y además muy dependientes de todos. Yo temo heredar esta enfermedad de mi madre. No quisiera, pero ahora cuando no me acuerdo de algo me hecho a temblar. Un abrazo.

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  3. Es que a quien le toca esta enfermedad , no respeta si hay sido o no inteligentes. Un abrazo.

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  4. Qué pena perder las habilidades que alguna vez se han tenido. De todas formas lo importante es ser feliz, lo más feliz posible al menos, en cualquier circunstancia, y parece que María ha encontrado en los paseos con su hija un aliciente :))

    ¡Un beso!

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    1. Si es verdad hay personas que pierden la cabeza que se les ve felices. Las personas como María tienen momentos que sufren, pero cuando pasa el tiempo y se olvidan de todo son felices. Lo único que no saben ni donde están. Soy candidata a que me venga esta enfermedad llamada Alzheimer. Mi madre y mi abuelo la tuvieron. Un abrazo.

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  5. Tocas, Mamen, un tema sensible y cada día más cercano. Envejecer es un proceso natural y en él, a veces, va incluído un sinfin de padecimientos como el del alzheimer. Al observar el entorno y leer reflexiones y relatos como este tuyo me reafirmo en que hay que vivir el HOY como si no hubiera un mañana. Y es que, querida amiga, ¿habrá un mañana? Y si lo hay, será como el de hoy mismo. Esto es la vida, puro azar e incertidumbre.
    Bueno corto el rollo que me estoy yendo por los cerros de Úbeda (ja, ja...)
    Un besazo

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  6. Juan Carlos Gracias por la visita. El Alzheimer es una enfermedad terrible y una realidad para muchos en el futuro. Hay que vivir el presente por si acaso. Un abrazo.

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  7. Una pena que ciertas habilidades se pierdan con el paso de los años y cuando el alzheimer se instala en nuestra mente. Solo de pensarlo me entristece y saber que no estamos libres nadie de sufrir esa enfermedad.
    Muy bien construida la escena y la imagen perfecta para acompañar.
    Un abrazo Mamen.
    Puri

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  8. Si Puri, a quien nos toca cuidar a estas persona sabemos de primera mano lo que ocurre y solo pensar me entra una tristeza. Porque siempre se dijo que los ancianos son los sabios y ellos guardan memoria. Con Esta enfermedad de Alzheimer no siempre se cumple. Un abrazo.

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