Buscaba su chaqueta, rebuscaba por los cajones del armario. No la
encontraba y estaba segura que se la había puesto una de esas noches.
— ¡Deja de buscar! Ya he mirado yo esos cajones, no la
veo. Quizás la has dejado olvidada en la cafetería o el salón.
—Pero… ¡Tiene que estar! Estoy segura, no te acuerdas,
es la que tenía las perlas en los
hombros.
—Si… mañana preguntamos en recepción, a ver si la han
entregado allí.
—Venga vamos, que ya es hora.
Rosa se volvió a agachar buscando en los cajones de
abajo y…
—Ay, ay, ay, ufff, ya me hecho daño en la espalda.
¡Qué daño me he hecho...!
— ¡Ves ya te dije yo, que no te agacharas! ¿Y ahora
qué…?
— ¡Vete tú, yo me quedo en la habitación! ¡Ya se me
pasará!
— ¡No mujer! Haz un esfuerzo, lo de hoy no te lo
puedes perder, con lo guapa que estás.
— Me tomaré una pastilla e iré por ti.
Las dos asistieron a la fiesta y regresaron a la
habitación a dormir.
Su amiga le calentó una toalla, le puso calor en la
zona donde tenía el dolor. Le vino muy bien y alivió durante la noche.
A la mañana siguiente su amiga cuando se despertó
volvió a repetir el calor en la espalda y le masajeó con las manos. El alivio
fue evidente. Se levantaron a desayunar. Rosa se volvió a la habitación,
pidieron una manta caliente y se quedó en la cama.
—¡Eres como una madre! Me has cuidado mejor que ella,
le dijo su amiga. Volvería muchas veces contigo, sin lugar a dudas.
—Bueno mujer, nos hemos adaptado las dos muy bien, y
encima lo estamos pasando de maravillas, qué más podemos pedir.
— ¡Pues… otro viaje! Y que no me duela nada. Y
entonces sonrieron.
300 palabras
Buena entente!
ResponderEliminarUn saludo.
Alfred, muchas gracias por tu visita. Un abrazo.
ResponderEliminarLa amistad verdadera alivia muchos pesares físicos y del alma.
ResponderEliminar¿Y la chaqueta apareció al final?
Un abrazo Mamen.
Si hemos sido compañeras desde hace 20 años en en trabajo, aunque no trabajamos juntas, no coincidíamos mucho pero nos llevamos bien.E ir de viaje juntas nos ha unido mucho más. Si la chaqueta la habían llevado a Recepción y allí se la entregaron.Es un micro de verdad, mira que ni he cambiado los nombres. Un abrazo.
Eliminar¡Vaya! parece que con esas ganas de solucionar el despiste, al final encontró lo que no buscaba.
ResponderEliminarEn mi caso cuando busco algo deprisa y corriendo, que se me acaba de extraviar, lo que suele pasarme es que encuentro otro objeto que había perdido hace tiempo.
Ya veo que te ha servido de inspiración el formato del reto anterior con el micro dialogado y aquí además con algo de prosa. ¡Reto superado!
Un abrazo.
Comencé a escribir esta anécdota y me di cuenta que había mucho dialogo y aún así seguí adelante. Es verdad. Un abrazo.
EliminarUn bonito micro, para mí es un alegato en favor de la amistad y el gran alivio y confort que supone contar en nuestra vida con tan grande tesoro.
ResponderEliminarAbrazos Mamen!
Si es pura amistad. Y en ses caso cómo actuarías tu. Un abrazo.
EliminarMuy bueno ese deseo final (jeje) y todo un homenaje a la amistad. Un beso, Mamen.
ResponderEliminarBien Marta, muchas gracias si es un buen homenaje. De momento hemos hecho dos viajes juntas y aremos más. Un abrazo.
Eliminar¡Qué recuerdos me ha traído tu micro, Mamen! A mí me pasó algo muy parecido en un viaje que hicimos a Peñíscola. No andaba buscando nada, solo que hice un movimiento brusco y me hice daño en la espalda. Recuerdo bajar las escaleras para ir a desayunar como si tuviera ochenta años, agarrada a la baranda y muuuuy despacio.
ResponderEliminarMe parece genial la actitud de tus protagonistas: lo mejor es tomarse las cosas como vienen y no perder las ganas de nuevas experiencias. ¡Bien por ellas!
Un beso.
Yo también he estado con ese tema de espalda y se pasa muy mal. Fue una pena le estropeó dos días de excursiones. Pero la amistad ha crecido. Un abrazo.
EliminarAbrazo, Mamen. Un cuento muy simple y cotidiano. Muchas veces valoramos la amistad en los gestos pequeños. Bienos diálogos.
ResponderEliminarMuchas gracias Beba, si es muy simple, yo ya sabes que no rebusco mucho las palabras y las historias fluyen con todo lo que toco. Un abrazo.
ResponderEliminarMamen con cuanta naturalidad nos has narrado este micro y dejado ver el valor de la amistad y la condescendencia.
ResponderEliminarMuy lindo el mensaje, aunque no tan agradable la experiencia de la lesión en la espalda.
Que pases bien el domingo.
I.Harolina, muchas gracias por tu visita y comentario. Este micro me salió según lo conté pasó. Si le pasa días antes nos arruina el crucero. -solo faltaban dos noches por pasar allí y mi amiga no pudo salir de excursión un día en Ajaccio. Menos mal que no necesitó un médico. Un abrazo.
EliminarMuy buenas, Mamen
ResponderEliminarSin duda, lo difícil es que parezca sencillo. Pese a haber narrado una situación que podríamos considerar simple e, incluso, cotidiana de cierta manera en la vida de los seres humanos, creo que la destreza con que has sabido manejar la historia es evidente. Además, el mensaje que aporta tu texto embellece aún más la historia. Enhorabuena.
Muchas gracias Ulises, pues este micro me lo pude haber inventado pero, lo he contado según ocurrió. Hasta no cambien el nombre de mi amiga. Un abrazo.
EliminarAy, ay, ay Mamen, ni te cuento como comprendo a tu protagonista. Ayer mi crujió la espalda y ahora te escribo desde la cama. Parezco un alcayata, ni me puedo poner recta. Tendrás que decirle a tu otro protagonista, la amiga, como ha hecho para arreglarle la espalda. Ni me imagino un dolor de estos en un viaje, apañada estaría. Un abrazo compañera
ResponderEliminarCuando te pasa eso lo primero es ponerse calor seco, y si tienes alguna pomada anti-inflamatoria pues ponértela. Lo mejor es calor. A mi me pasa mucho por mi trabajo. Un abrazo.
EliminarSaludos Mamen, un relato muy agradable de leer porque además del tema del dolor que se presenta de forma jocosa con esas búsquedas que pocos dirán que no les ha pasado, también esta la parte de la amistad tan bonita donde esas dos amigas comparten con gusto y se ayudan. Me gustó mucho tu relato. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery por tu visita. Es así como lo sentí al escribir y me salió. Tenemos una gran amistad. Un abrazo.
EliminarLos verdaderos amigos son aquellos a los que sabes que siempre puedes acudir aunque haya pasado mucho tiempo desde la última reunión.
ResponderEliminarUn relato que, como a las protagonistas, me dibujar una sonrisa en la cara. Un abrazo enorme, Mamen.
P.D. Me alegra que apareciera la chaqueta.
estoy de acuerdo contigo, somos amigas desde hace mucho tiempo y pasa tiempo y no sabemos una de la otra.Pero estamos ahí. Si apareció la chaqueta en recepción. Un abrazo.
EliminarHola, Mamen. Has escrito un relato muy agradable, simpático y que nos permite identificarnos.
ResponderEliminarUn abrazo
Mirna pues si es un relato verdadero, y que mucha/os nos podemos mirar en el espejo. Lo que me hizo gracia es que me dijo que le cuidé mejor que su madre. Un abrazo.
Eliminar¡Ayayay Mari Carmen! Que me hiciste recordar a mi abuela que en paz descanse, cada vez que perdía algo recitaba una oración larguíiiisima a San Antonio de Padua… mientras buscaba y rebuscaba, para que lo perdido fuese hallado por obra y gracia del bendito Antonio, y claro, el rezo era tan laaaargo que, la mayoría de las veces, le daba tiempo de encontrar lo perdido.
ResponderEliminarUn diálogo tremendamente natural. No me extraña que a la pobre Rosa doliera tanto la espalda de tanto buscar, menos mal que tenía a su amiga Mari Carmen para ayudarla.
Un alegato dialogado aleccionador sobre la amistad. Un amigo/a es un tesoro.
Un beso Mamen
Así es ja,ja,ja. Esta no le dio tiempo a encontrarla porque la había dejado olvidada, que sería de ella si no la arrastro a veces a la fiesta. No solamente estaba detrás de ella sobre esta búsqueda, esto era muchas cosas de tantas. La cuidé bien, ella tenía recelo de como se portaría conmigo y se quedó contenta de como me porté yo con ellas. Y me dijo conmigo se puede ir al fin del mundo.Un abrazo.
EliminarAmigos son los amigos. La mejor manera de saberlo es cualquier clase de dolor o de apuro. La buena compañía cura tanto o mejor que el calor seco.
ResponderEliminarEs un precioso homenaje a la amistad.
Un saludo hasta la próxima
Gracias por tu visita Juana, participar en esta iniciativa hace buenas amistades. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mamen
ResponderEliminarComo siempre, lo mejor es la buena compañia!!
He disfrutado mucho el relato aunque me doliera el lumbago de la protagonista.
Saludos
Si la verdad, es un micro auténtico. Ella está todavía con la lesión, de vez en cuando le da. Pero bueno es eso amistad de la buena. Un abrazo.
EliminarHola, Mamen.
ResponderEliminarQué haríamos sin las verdades amistades, un relato que realza precisamente eso, la amistad y que siempre podemos contar con ellas, :) Y bueno, el deseo del final, todos lo querríamos, ja, ja
Un fuerte abrazo.
Pues si es un buen deseo, espero que hagamos más viajes juntas. Un abrazo.
EliminarUn relato que empieza de manera cómica y se torna tierno. Muy buena narración y Los diálogos le dan mucha fluidez.
ResponderEliminarHay amistades que van más allá de uno mismo, qué bueno poder disfrutar de ella.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu visita Pepe, tu nombre me es familiar, mi marido es José alias Pepe.Si las amistades son lo mejor. Un abrazo.
EliminarPerdió la chaqueta, pero encontró una amistad de verdad. Un relato muy agradable que muestra que en realidad no la importancia de un problema depende sobre todo de como se reacciona ante el mismo. Muy buen desarrollo del diálogo para visualizar la escena. Un fuerte abrazo, Carmen!!
ResponderEliminarHas recreado una escena cotidiana y con mucha naturalidad, Mamen. Es cierto, que cuando se viaja suele pasar algún percance similar. ¡Y qué bueno! hubo diversión, y lo mejor, el saber que la verdadera amistad existe.
ResponderEliminarDejaste un buen deseo para el final. Genial.
Un abrazo.
Hermoso final para un mal principio, amiga. Hay situaciones negativas que nos dej.an mucho de positivo, como esta amistad que se refuerza. Un gran mensaje. Un abrazo, Mamen
ResponderEliminarUna perdida que se compensó con la amistad que todo lo cura. Un agradable momento el que nos cuentas Mamen.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
David, Mila, Carla, Puri, acabo de leer vuestros comentarios en este micro que no me dí cuenta antes. Os agradezco mucho que lo hayáis leído. Un abrazo.
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