El sábado pasado fui con una excursión que organizaba Pastanatour de Olivenza mi pueblo de nacimiento a Euskadi en Semana Santa. Hacia un año que no iba a San Sebastian a pesar de vivir a 60 kms. de la ciudad. La verdad es que desde que está esta pandemia nos ha quitado las ganas de movernos de nuestro entorno. Ya vamos saliendo poco a poco.
Salimos de Eibar sobre las 10 de la mañana hacia un día muy nublado, pero iba a mejorar a lo largo del día. El bus estaba completo. Nos acompañaba un guía que nos iba a mostrar lo más típico e importante de la ciudad. No recuerdo visitar nunca Donosti con guía, así que dio las explicaciones de lo que íbamos a visitar a lo largo de la mañana.
La primera visita fue al Palacio de Miramar que está situado en el barrio del Antiguo. Todavía el tiempo estaba nublado ya que la niebla en Donosti llegaba del mar.
Palacio de Miramar. |
Con mi amiga Nani de Olivenza que antes vivía en Durango. Después nos llevaron a la orilla del rio Urumea que en esos momentos estaba con la marea baja. El bus nos dejó en la estación de autobuses. donde el tour lo hicimos a pie. Paseamos a orillas de la ría del Urumea por el Paseo de Francia hasta un puente de Maria Cristina. Detalles del puente y de las farolas. Cruzamos el puente y nos dirigimos a visitar el Hotel Maria Cristina y el Teatro Victoria Eugenia.
El Teatro se emplaza en el inicio del Boulevard, constituyendo el remate del Ensanche primitivo y al mismo tiempo el enlace con las casas que componen el Ensanche Oriental. Tiene por tanto una posición privilegiada en la zona más céntrica y representativa de la ciudad. El Teatro Victoria Eugenia se construyó simultáneamente al Hotel María Cristina y los jardines de Okendo, conformando un espacio público de carácter monumental. La parcela del Teatro es de forma rectangular sobre una extensión de 2.460 m2. Después nos dirigimos al Boulevar y caminamos hasta el Mercado de la Bretxa donde nos dirigimos hasta la calle 31 de Agosto la más antigua de Donosti que no se quemo el el incendio del la Guerra de la Independencia. Está en las murallas del monte Urgull y el museo de San Telmo. Antes de adentraros en esta calle, os contaremos un secreto: esta es la calle mas Antigua de la ciudad, y por lo tanto uno de los lugares que guarda más historias interesantes de Donostia. En el verano de 1813, durante la Guerra de la Independencia Española, San Sebastián fue ocupada por las tropas francesas. Para echar de la ciudad al ejército napoleónico las milicias españolas se aliaron a las fuerzas anglo-portuguesas dirigidas por el Duque de Wellington. El 31 de agosto de ese año tuvo lugar el asalto final, donde las milicias anglo-portuguesas consiguieron derrotar a los franceses. No obstante, esto no jugó en pro de la ciudad, porque fueron los ingleses y portugueses quienes después de liberar la ciudad decidieron quemar la ciudad de entonces. Lo único que se salvó del incendio fue lo que se conocía como la calle de la Trinidad, donde este ejército se alojaba en el portal 42, y lo que ahora es la calle 31 de agosto. Además, si queréis continuar conociendo más curiosidades de la ciudad os recomendamos que visitéis la iglesia de San Vicente y la Basílica de Santa María del Coro, dos edificios muy antiguos de la ciudad. Por un lado, la iglesia de San Vicente, de estilo gótico es la más antigua de la ciudad y data del siglo XVI. Y por otro lado, la Basílica de Santa María del Coro, que se empezó a construir en 1743, sobre los restos de una antigua iglesia gótica que existía en el lugar. En su fachada y entrada principal de estilo barroco, podréis observar una escultura de San Sebastián que, junto a la Virgen del Coro, son los patrones de la ciudad. Después entre calles del Casco Viejo nos desviamos a la Plaza de la Constitución. La plaza de la Constitución es una plaza situada en la Parte Vieja de la ciudad de San Sebastián. En esta plaza, con sus soportales como característica principal, se suelen celebrar las grandes fiestas y eventos de la ciudad, como la tamborrada de San Sebastián o la feria del día de Santo Tomás Su edificio central fue, hasta 1947, casa consistorial de la ciudad, siendo ocupado por las instalaciones de la Biblioteca Municipal (1951-2000) y, posteriormente, por dependencias administrativas del área de cultura del Ayuntamiento. Salimos por el puerto hacia el Ayuntamiento de Donosti y el paseo de la Concha. La casa consistorial antiguamente el Gran Casino es el edificio sede del Ayuntamiento de San Sebastián. En este punto nos dejó el guía y era tiempo libre donde nos adentramos en la parte vieja para degustar sus famosos pinchos. Como conocedora de los lugares adecuados fuimos cuatro amigas a saborearlos con una vino o cerveza.
Por la tarde tomamos un café en la parte comercial con un típico pastel Vasco. Nos fuimos acercando poco a poco hacia la estación de autobuses. Visitando la Catedral del buen Pastor. La Catedral del Buen Pastor es la construcción religiosa más grande de San Sebastian. Preside el centro de la ciudad y forma un hermoso conjunto junto con el centro cultural Koldo Mitxelena y el edificio de Correos. Su torre, situada sobre el pórtico de entrada, se eleva a 75 metros de altura en forma de aguja y es visible desde casi todos los puntos de la capital.
Esta obra neogótica del arquitecto guipuzcoano Manuel Echave fue inaugurada en 1897. Cuenta con una planta rectangular y simétrica, en forma de cruz latina y tres naves, además de transepto y presbiterio. Fue construida en sillería con piedras procedentes de las canteras de Igeldo, como otros tantos edificios de la ciudad. En el templo se pueden apreciar numerosos elementos decorativos, entre los que destacan las vidrieras, las gárgolas y los pináculos.
San Sebastián se puede descubrir por varios sitios; a mí me encanta ir acercándome desde el otro lado del río Urumea, bordearlo en su tramo final bajo los tilos aunque estén desnudos, llegar al bello puente de la Zurriola y, justo en su centro, detenerme un instante. El mejor momento es cuando la marea está alta, entonces el río en su desembocadura estará alborotado, entreverándose el agua dulce y verde con el agua salada y azul. Desde allí se ven hacia un lado el moderno Palacio Kursaal cerrando la playa de la Zurriola -donde a pesar del frío surfean negras figuras-, y hacia el otro, los perfiles Lujosos, de ecléctica arquitectura de principios de siglo XX, del teatro María Eugenia y del hotel María Cristina, y la silueta abarcable, tan elegante, de la ciudad.
Ya faltaba una hora para salir hacia Zarautz donde pararíamos para hacer una pequeña visita antes de regresar a Eibar. ¡¡Espero que os guste esta visita!! |
Hola.
ResponderEliminarAdoro Donosti y tú lo cuentas de una forma muy didáctica y bonita.
Me parece que has hecho un aexcursión preciosa.
Feliz día.
Visitar Donosti siempre es muy agradable. Un abrazo.
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