Nos levantamos para desayunar, y salimos hacia Budapest. Hizo un día espléndido. Comenzamos la visita en el Castillo de Buda.
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Foto obtenida de Internet. |
El Castillo de Buda es sin duda una de las imágenes más conocidas de Budapest. El castillo también es conocido como Palacio Real, ya que antiguamente fue la residencia de los reyes de Hungría.
El majestuoso Castillo de Buda es uno de los lugares imprescindibles que visitar en Budapest. Situado en lo alto de la colina de Buda, domina el horizonte de la ciudad y ofrece algunas de las mejores vistas sobre el Danubio y el lado de Pest. Pero no es solo un hermoso monumento: es un lugar donde la historia, la arquitectura y el orgullo nacional se unen.
El Castillo de Buda ha sido testigo de guerras, reconstrucciones, asedios y celebraciones. A lo largo de los siglos, ha servido como residencia real, fortaleza militar y, hoy en día, como centro cultural que alberga museos como la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest.
Como parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que abarca las orillas del Danubio y el Distrito del Castillo, el Palacio Real es una parada obligatoria para comprender la ciudad y su pasado.
Fuente de Matías
Fuente del rey Matías: una fuente icónica en el patio de Hunyadi del Palacio Real.
La popular fuente de Matías se encuentra en el patio de Hunyadi, el patio más hermoso del Palacio Real.
La atracción popular representa al rey Matías y su séquito, que descansan en un manantial mientras cazan.
El Cambio de Guardia en Budapest es una ceremonia que tiene lugar en el complejo del Castillo de Buda, específicamente frente al Palacio Sándor, que es la residencia oficial del Presidente de Hungría. Esta ceremonia, que se realiza de forma similar a un relevo de centinelas, puede verse cada hora desde las 10:00 hasta las 17:00 horas.
Seguimos caminando y al dar la vuelta nos encontramos con la Iglesia de Matías.
Ministerio de Hacienda en la Plaza de la Santísima Trinidad |

Oficialmente llamada Iglesia de Nuestra Señora, pero popularmente conocida como Iglesia de Matías, este edificio emblemático se encuentra justo enfrente del Bastión de los Pescadores formando el corazón del Distrito del Castillo.
Fundada alrededor del año 1015, la iglesia fue ampliamente reconstruida en el siglo XIV en estilo gótico, especialmente bajo el reinado del rey Béla IV. Más tarde, durante la época del rey Matías Corvino, la iglesia fue ampliada y adquirió gran parte del carácter que los visitantes pueden admirar hoy.
El Bastión de los Pescadores

El Bastión de los Pescadores es uno de los lugares más románticos y fotogénicos de Budapest. Ubicado en lo alto de la Colina del Castillo, en el distrito de Buda, este mirador de estilo neorrománico sorprende con sus torres blancas, arcos elegantes y vistas panorámicas del río Danubio y del perfil urbano de Pest.
Pero no es solo un mirador. El bastión es también un símbolo de la identidad nacional húngara y una joya arquitectónica cargada de significado. Forma parte del Distrito del Castillo de Buda, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y está estrechamente relacionado con otros lugares emblemáticos como la Iglesia de Matías y el Castillo de Buda.
El Bastión fue construido entre 1895 y 1902 con motivo del mil aniversario del estado húngaro. El arquitecto Frigyes Schulek, también responsable de la restauración de la vecina Iglesia de Matías, diseñó el bastión como un monumento ceremonial y no como una estructura defensiva, a pesar de su apariencia similar a una fortaleza.
El proyecto sustituyó un antiguo tramo de muralla del castillo, transformándolo en una terraza pública con vistas. Schulek eligió el estilo neorrománico para evocar la época del rey Esteban I, el primer monarca cristiano del país, reforzando el valor simbólico del lugar.
Una de las características más reconocibles del bastión son sus siete torres, que representan a los siete jefes magiares que lideraron a sus tribus hacia la Cuenca de los Cárpatos en el año 895 d.C. Estas torres, con sus formas curvas y agujas cónicas, ofrecen una visión romántica del pasado húngaro que combina mito y memoria.
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