Ayer estuvimos en el teatro, no estaba lleno, pero resultó una buena obra. Nos gustó mucho y los actores estuvieron imponentes y trabajaron muy bien.
«Es una comedia con tintes amargos, a los amantes del teatro les va a gustar muchísimo»
El Teatro Coliseo acoge mañana 'Mármol', una comedia amarga sobre el conflicto entre los anhelos y la realidad
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Protagonistas. Pepe Viyuela, Susana Hernández, Elena González y José Luis Alcobendas, los intérpretes de Mármol. |
Pepe Viyuela (Actor): «El fondo del conflicto no es muy gracioso para ninguno de los cuatro
Mármol' es el título de la obra que llega mañana al Teatro Coliseo. La compañía El Vodevil regresa con un trabajo que estrenó en febrero y que no habla de la fría piedra sino de asuntos ligados a la naturaleza de las personas. Pepe Viyuela encabeza un reparto de garantías y da un avance de lo que presentan ante el público.
DATOS
Obra. 'Mármol'.
Intérpretes. Pepe Viyuela, Susana Hernández, José Luis Alcobendas y Elena González.
Cuándo. Mañana a las 20.30 horas.
Dónde. Teatro Coliseo.
Entradas. 18 euros.
-¿En qué momento llega 'Mármol' a Eibar?
-Llevamos ya un tiempo con ella y podemos decir que está curtida. Durante el verano ha habido un periodo de sequía pero desde septiembre ya estamos de nuevo con la obra, y además llega en un momento previo a la entrada en el Centro Dramático Nacional, ¡o sea que más nos vale tener la función perfectamente engrasada! Aunque yo creo que todavía le falta un punto de rodaje porque a las obras de teatro les pasa como a las personas, hasta que no llegamos a los 20 no podemos decir que somos adultos.
-¿Es una historia contemporánea?
-Sí, pero a la vez es muy universal y muy atemporal. Trata de un tema que se nos ha presentado a los seres humanos a lo largo de toda la historia. Es el conflicto entre lo que anhelamos y lo que vivimos realmente, aquello que deseamos tener y lo que tenemos. ¿Cuánto estamos dispuestos a apostar por aquello que queremos? O si no estamos dispuestos a apostar nada veremos si eso es criticable. ¿Es censurable no aspirar a nada en la vida y querer sencillamente vivir tranquilo sin ninguna aspiración? No es sencillo, yo creo que plantea muchos debates.
-¿Qué se puede contar de lo que nos cuenta?
-La trama se establece a través de una relación entre dos parejas. Son dos parejas con una posición acomodadísima, con buen trabajo, buenas casas, matrimonios que se llevan bien, con hijos sanos y estupendos... y de pronto surgen los sueños y el deseo, y uno de los hombres sueña con la mujer del amigo. A partir de ahí aparecen una serie de problemas que deberían ser absurdos porque lo que aparece en los sueños no debería afectar, en principio, a la realidad. Pero nos damos cuenta de que es precisamente lo que más afecta. El mundo de los sueños, los anhelos y las aspiraciones de cada uno es lo que conforma nuestra felicidad.
-He leído que se trata de una «comedia amarga». ¿Es un tipo de teatro atractivo para el actor?
-Muchísimo, porque son unos personajes cotidianos pero a la vez muy complejos. Son unos seres humanos muy bien retratados por parte de la autora. Muchas veces nosotros nos parecemos muy vulgares a nosotros mismos, pero realmente todos y cada uno de nosotros somos muy complicados, muy laberínticos, tenemos muchas facetas. En el teatro a veces los personajes se escriben de una cara o se escriben de perfil, pero aquí hay muchas aristas, tienen muchos lados que contemplar. Por eso de cara a la interpretación hay aspectos que nos ha costado, vemos que un personaje se puede contradecir con lo que ha hecho o dicho antes, pero es que vivimos inmersos en las contradicciones, todos las padecemos y todos las disfrutamos.
-Yo me estoy dando cuenta
de que al estar yo en el reparto hay mucha gente que va con la idea
preconcebida de que se va a reír muchísimo, y no es una función para ello. Es
una comedia en la que el fondo que subyace en el conflicto no es muy gracioso
para ninguno de los cuatro personajes, y yo creo que tampoco para ninguno de
nosotros como espectadores, porque nos sentimos interpelados por esa cuestión.
Creo que hay una clara diferencia entre el inicio de la función y la parte que
va más allá de la mitad. Para entonces la gente se ha enganchado con el tono de
la función y empieza a disfrutarla de otra manera. No es una comedia de
situación, tiene una hondura y un peso en algunos momentos que hace que aunque
te estés riendo por dentro sientas un pellizco un poco doloroso.
-Quedamos
avisados.
-Se trata de aclarar, porque hay gente que llega pensando en reírse mucho. No es algo frívolo, es una comedia de siempre, contemporánea, con tintes amargos, una obra que a los amantes del teatro les va a gustar muchísimo... y a los que no lo son aún puede que les enganche.
-Ya actuó hace dos años en Eibar con 'El baile'.
-Sí, me acuerdo sobre todo de la buena acogida. Es un teatro que deja buen sabor por el equipo, se nota que es un teatro con una programación constante y eso lleva a encontrarte con un público entendido, con un criterio formado. Se nota durante la función, en los aplausos y también en los comentarios que te hacen después.
reportaje de FÉLIX MORQUECHO EN EN DIARIO VASCO
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