lunes, 29 de mayo de 2017

Reseña " Estrellas que alcanzar" película



El sábado a la noche vimos en ETB2" una película que en un principio se rodó en Euskera, pero la tradujeron al castellano, me impactó bastante. El lugar donde situaron la escena fue en la cárcel de mujeres de Saturrarán, sitio que yo conocí como albergue de niños en verano, hoy ya no existe. 

1938, la prisión de Saturrarán se convierte en marco de uno de los episodios más oscuros del franquismo: miles de mujeres republicanas son encarceladas y separadas de sus hijos para darlos en adopción a familias falangistas. 


Cartel de la Película 

Los protagonistas de la película fueron: Bárbara Goenaga, Itziar Lazkano, Klara Badiola, Estíbaliz Gabilondo, Amaia Lizarralde, Sara Cozar, Garbiñe Insausti, Teresa Calo, Patxi Santamaria, Aitor Beltran, Eric Probanza. etc...

Sinopsis
Victoria es una viuda republicana que ingresa en la cárcel de Saturrarán (Vizcaya), lugar de experimento de una de las más macabras teorías del régimen franquista: la separación de los hijos de sus madres para darlos en adopción a familias afines al régimen, con el fin de romper la cadena del comunismo. Victoria aprenderá a vivir con la esperanza de recuperar a su hijo.


Las hazañas de la película y los castigos  que sufrieron las encarceladas a manos de unas monjas bajo el régimen de la dictadura franquista hizo que fuera una película dura y nos tendría en suspense la tensión de lo que iba a pasar hasta el final. 

El maltrato recibido y el dolor de ver que a los niños los roban para entregarlos  en donación a familias franquistas, engañan a sus madres  diciéndoles que van a estar mejor que en la cárcel  y que los volverán a ver al final de la guerra. El sufrimientos y la rebeldía de esas mujeres es lo que hace de la película creíble de que pasaran esas cosas en la guerra.  

Lo mejor: aportar un granito de arena a la recuperación de la Memoria Histórica.
Lo peor: la sensación de producto inconsistente.


El debut de Mikel Rueda es una ficción emplazada en la última corriente de reivindicación de la memoria histórica, aunque en este caso no se trata de la búsqueda de fosas comunes de la guerra civil sino de contar algo de sobras conocido pero que conviene siempre recordar: aquellos niños que les fueron arrebatados a las presas republicanas y dados en adopción a familias fascistas o falangistas para que recibieran una educación acorde con el nuevo régimen. Rueda reconstruye en caso de una mujer encarcelada en la prisión de Saturrarán y la convierte en bandera de esa reivindicación, además de analizar el papel jugado por la iglesia. El filme es honesto en sus intenciones, pero su tono resulta más académico y previsible. 
La esperanza es lo último que quieren perder las presas del convento de Saturrarán, convertido en improvisada prisión franquista para mujeres del bando republicano. Las perrerías de las guardianas, monjas para las que hacer el Bien y escuchar a Cristo se traducía en torturar y robar a los hijos de las encarceladas para darlos en adopción a familias afines al régimen, se convierten en el leit motiv de la opera prima de Míkel Rueda. Drama bienintencionado (sea cual sea su resultado, todo ejercicio de recuperación de la Memoria Histórica debe ser aplaudido) aunque definitivamente inofensivo, Estrellas que alcanzar juega su mejor baza en la elección de algunas de las protagonistas de un reparto casi enteramente femenino. 

Pero ni la esforzada labor de actrices como Bárbara Goenaga o Klara Badiola consigue compensar la permanente sensación de insuficiencia, de quiero y no puedo que desprende un conjunto excesivamente lastrado, además, por la incomprensible decisión de rodar la historia en euskera: nadie puede creerse que, en tiempos de represión, soldados y monjas franquistas hablaran en vasco por la gracia de Dios y de la patria. El peaje de la subvención mata la credibilidad histórica. En este caso fue en Castellano.




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