viernes, 22 de octubre de 2021

Arugas en la sábana 1er. capítulo "Ensoñación"

Amigos estoy muy parada en tema blog y no se cuando volveré a activar nuevos posts. Mientras eso ocurra os voy a reponer un relato por entregas que escribí con ideas de que fuera una novela. Espero que quien no la hayan leído les guste.

Dibujo para acompañar  este relato  pintado por Mamen Piriz a pastel 
       

   Ensoñación

Carmina se incorporó bruscamente en la cama. Quedó sentada con los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada. Con el dedo índice detuvo el recorrido de una fría gota de sudor que se deslizaba entre el surco de sus pechos dentro de su amplio camisón. Acaba de tener una pesadilla. Ha nadando hasta alcanzar las escaleras de herrumbre negra adosadas a la piedra musgosa de la base de un pequeño faro, situado en el medio de un arrecife de planchas de pizarra a un cuarto de milla de la costa. El fulgor repentino del sol iluminaba tenue el horizonte primaveral. La mujer apoyaba la espalda en el muro. De repente, el cielo se encapotó de nubes negras, irrumpió un vendaval, el ruido ensordecedor del trueno pareció remover las aguas como si fuera el anuncio de una trompeta del Apocalipsis. Olas gigantescas estrellaban el contraste de agua sucia y blanquísima espuma contra las desvencijadas paredes de piedra el faro. El nivel del agua irrefrenable. Un rayo iluminó la cercanía  de una ola tan alta como una casa de seis pisos que, al instante, barrió la plataforma hasta ocultarla en su totalidad. La marea había engullido el faro en la oscuridad de un dantesco remolino. En un instante se despertó la angustiada Carmina.

Su marido dio un pequeño giro en la cama matrimonial, murmuró algo ininteligible y siguió durmiendo tras el inicio de un leve ronquido. Carmina enjugó el sudor de su rostro con un chorro de agua fría en el cuarto de baño. Se dirigió a la sala, cerró la ventana y, acompañada por la azulada claridad de la luna llena eligió un libro en la estantería donde se amontonaban un par de docenas de volúmenes además de una lujosa enciclopedia. Cubrió con una bata su indispuesto cuerpo a causa del destemple, tomó asiento al borde de una butaca con respaldo de madera color palisandro, encendió la luz de una lámpara halógena de la mesa contigua y empezó a rebuscar en las páginas del libro, publicado por una editorial especializada en temas esotéricos y parapsicológicos. Se titula "Diccionario de los Sueños".
Fija su atención en los términos ”Faro y nadar en alta mar”. Según el diccionario soñar con un faro visto de día significa que te mueves en medio de dificultades y nadar en alta mar conduce a la idea latente de que se está muy alejado de la solución  de los propios problemas. En el curso de Psicología que Carmina estudió en el bachillerato aprendió que el psicoanálisis y sus deducciones carecen para algunos, de rigor científicos, ya que conceptos como complejo de Edipo, de ello o el significado oculto del mundo crítico no existen una prueba experimental. Sin embargo, la capa prelógica de su cerebro dista mucho de rehusar esas intuiciones freudianas. Si esta joven mujer aún admite que su existencia está erizada de problemas y dificultades. El dorado reloj de estilo neobarroco colocado encima del televisor señala las cuatro y veinte, Carmina suspira profundamente, se levanta de la butaca y extrae de un cajón del mueble bar el álbum de portada nacarada. Mira hacia la puerta para cerciorarse de que su marido y sus hijos continúan acostados. La calma nocturna se altera de vez en cuando por el ruido de los coches que atraviesan la carretera. De nuevo el silencio, tal vez excesivo silencio. Sin más ensayos ha abierto el álbum en  la página justa, allí donde conserva una postal manuscrita. Ha acertado con la precisión que nos presta la intuición para encontrar las cosas que más apreciamos. La tarjeta contiene una docena de líneas de escritura. Carmina lee por enésima vez la frase de despedida..." Como me gustaría que nos volviéramos a encontrar pero en otro lugar diferente al que nos conocimos...". Estrecha la postal contra su pecho y la guarda en el armario. 
Entra en el dormitorio y observa a su marido en la oscuridad. Continúa durmiendo en la misma postura en la que lo dejó antes. Duda un instante si acostarse pues cuando está en la cama su cabeza se transforma en un hervidero de vivencias contradictorias a veces, o en un avispero de dolorosas paradojas en otras. Se ha despojado de la bata, abre un pequeño hueco entre las sábanas para no despertar a su acompañante hasta que el esfuerzo por introducirse por tan angosto espacio le sube el camisón hasta descubrir sus blancos muslos.

Su marido se levanta al amanecer y ella necesita dormir las dos horas escasas que le separan del ruido del despertador. Rebusca en su mente imágenes neutras un prado de manzanillas, el rumor de aguas tranquilas en una playa desierta, pero es el recuerdo de su amigo Salvador quien golpea sus sienes como un ariete contra el portón de una fortaleza medieval a punto de caer conquistada. Su soledad es azul como el reflejo del cielo estrellado. Está tejido de melancolía, ansiedad y remordimientos, pero también de alegrías y emociones. La noche es el refugio insomne de los recuerdos prohibidos, de las fantasías que languidecen en la frontera de lo irracional y lo impulsivo hasta transportarnos al prodigio erótico.

Atardecer desde Zarautz vista ratón de Getaria, Pintado al óleo por Mamen Píriz

 Continuará...

Derechos registrados

Mº Carmen Píriz García - registro: 0910304797905

2 comentarios:

  1. A veces, cuando no hay nada nuevo en mente, hay que echar mano de textos antiguos. Yo lo he hecho en alguna ocasión, aunque retocándolos un poco. Estos textos que ahora publicas recuerdo haberlos leído de cabo a rabo, je,je.
    Un abrazo.

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    1. Josep, no se que e pasa desde que me he jubilado. Mi mente se me ha parado y pocas cosas se me ocurre. Un abrazo.

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