viernes, 13 de septiembre de 2019

Visitamos Támara

Terminaremos en este pueblo de la última visita y  nos ha gustado muchísimo. La pequeña localidad palentina de Támara de Campos se encuentra situada en la extensa llanura de Tierra de Campos, a escasa distancia del Camino Francés a Santiago y del Canal de Castilla. De rico pasado histórico se cree que en esta villa tuvo lugar en 1037 la Batalla de Támara, hecho que dio origen a la unión de los Reinos de Castilla y de León.

Iglesia de San Hipólito el Real
La villa, de apenas 80 habitantes, aún conserva su antiguo esplendor, un casco urbano de trazado medieval, una plaza porticada y varias casas señoriales blasonadas acompañan a buenas muestras de arquitectura popular. En la parte alta se encuentran las bodegas subterráneas. En Támara también encontramos restos de antiguos palomares, tan típicos del paisaje castellano. Gracias a su rico patrimonio, en 1998 fue declarada Conjunto Histórico Artístico.

Puerta del Caño y muralla

Entrada a la villa por la puerta del Caño 
Interior de la Puerta del Caño 




En Támara de Campos aún se pueden contemplar restos de la antigua muralla medieval del siglo XI. Las cuatro puertas de acceso a la villa: la de San Miguel, San Roque, del Caño y del Monte. Destaca por su buen estado de conservación la Puerta del Caño, formada por un doble arco apuntado al exterior y rebajado en el interior, separados por el rastrillo o antigua puerta levadiza.




 
En la Plaza Mayor se alza la Iglesia de San Hipólito el Real, sus enormes dimensiones son más propias de una catedral. Según apuntan los historiadores, su construcción se iniciaría a finales del siglo XIV siendo finalizada a principios del siglo XVI, en la época de transición del gótico tardío al renacimiento. En 1931 fue declarada Monumento Nacional, la dejadez estuvo a punto de convertirla en ruina pero afortunadamente fue restaurada en la década de los ochenta del siglo XX.


No están claras las razones por las cuales se patrocinó un templo de estas características en una población tan pequeña, lo cierto es que muchos reyes de Castilla otorgaron privilegios, en forma de ingresos, a la iglesia de Támara.
El elemento más destacado en el exterior es su grandiosa torre. Esta torre se encuentra adosada en la zona de los pies de la nave central. La torre primitiva se vino abajo en el siglo XVI y fue sustituida por la actual, correspondiente al siglo XVII y de influencias herrerianas. La torre tiene forma cuadrada y está compuesta por cuatro cuerpos. En el segundo cuerpo se hallan los escudos de los Reyes Católicos. La parte superior está rematada por una balaustrada y pináculos piramidales terminados en bolas, elemento propio de la decoración del Escorial.


A los pies de la iglesia se encuentra el coro alto. Se accede a él a través de una bella escalera de caracol. Fue construido a finales del siglo XV, pero la sillería gótica original se perdió con el derrumbe de la torre y fue necesario realizar un nueva de estilo renacentista. El coro bajo se cubre con bóveda de crucería estrellada, sustentada por unos bellos arcos rebajados ornamentados con motivos propios de este último gótico. Los dos muros laterales se encontraban originalmente decorados cada uno con seis apóstoles, bajo doseles rematados con chapiteles y tracerías góticas. Actualmente, en la parte de la nave de la Epístola, sólo aparecen cinco apóstoles.

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En la zona del altar se encuentra el Retablo Mayor de estilo churrigueresco realizado a finales del siglo XVII. El retablo consta de dos cuerpos y cinco calles. En este retablo se narran varios episodios de la vida de San Hipólito. El altar está cerrado por una enorme reja de principios del XVI; en el remate aparece el escudo de Felipe el Hermoso. En los ábsides laterales se colocan dos retablos, uno dedicado a San Juan Bautista y el otro a la Virgen del Pópulo.

 

















Junto al coro se encuentra un órgano barroco de gran calidad que se sustenta únicamente por una columna. También destaca la pila bautismal que se localiza en una capilla junto al coro, en el lado de la epístola. La pila bautismal es de mármol y posee una traza gótica que recoge varias escenas de la vida de Cristo bajo arcos conopiales.




Bajo la hilera de los apóstoles aparecen dos ángeles portando los escudos de los Reyes Católicos. Sobre el arco de la parte central se coloca una escultura de Dios Padre y, bajo él, el símbolo de la Anunciación. En los extremo del arco aparecen el Arcángel San Gabriel y la Virgen María.


Hospital del Peregrino 



Muy cerca se sitúa la Iglesia del antiguo hospital de los Peregrinos, también denominada la Iglesia del Castillo. Fue construida por la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII. Constaba de un hospital para atender a los peregrinos que caminaban hacia Santiago de Compostela. En la actualidad alberga el Ayuntamiento del municipio y el museo etnográfico. Se accede al interior por una puerta formada por varias arquivoltas de medio punto. Bajo la espadaña se levanta un arco de medio punto que aún conserva parte de la decoración original.

 

Después de visitar este pequeño pueblo con esa tan gran Iglesia, volvimos contentas a Eibar y recordando lo que hemos visto hasta la próxima excursión.




La información obtenida de turismo Palencia

¡¡Espero que os haya gustado este viaje con amigas a palencia y su provincia!!


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