sábado, 3 de diciembre de 2022

2º día: Luxor, Esna, Edfú visitamos el Templo de Karnak día 20-11-22

Karnak es el nombre de una pequeña población de Egipto, situada en la ribera oriental del río Nilo, al norte de Luxor, la zona de la antigua Tebas, que albergaba el complejo religioso más importante del Antiguo Egipto.

A la entrada del Templo de Karnak.

A lo largo de más de dos milenios, los faraones embellecieron el principal centro de culto de Egipto, dedicado a Amón, el gran dios del imperio nuevo.

El grupo vamos hacia el templo.

Hace más de cuatro mil años, Intef II, rey de la dinastía XI, comenzó las obras del templo de Amón-Re en Tebas, donde se alza la moderna población de Karnak. Fue el núcleo a partir del cual, durante los siguientes dos mil años, decenas de faraones fueron creando y remodelando uno de los lugares de culto más ricos y espectaculares de la Antigüedad, en el que los arqueólogos han catalogado más de doscientas estructuras.
Las columnas del dios Amón.

   


El templo de Karnak en Tebas, dedicado a Amón, fue el principal recinto de culto de Egipto desde el Imperio Nuevo.


La fotografía corresponde a la gran sala hipóstila.

En busca del favor de Amón

Los sucesivos faraones compitieron en erigir edificios y obeliscos en Karnak para honrar a Amón, dios principal del panteón egipcio. En la imagen, panorámica general del recinto.
El poder de los sacerdotes

En el siglo XI a.C., el poder se dividió entre los faraones, en el norte, y los sacerdotes de Amón en Tebas, en el sur. Uno de ellos, Pinedjem I, hizo erigir en Karnak este coloso.
La barca de la divinidad.

Durante los grandes festivales, la barca con la imagen de Amón era llevada en procesión por los sacerdotes. En la imagen, la barca en un relieve de la capilla Roja de la reina Hatshepsut.

Las guardianas del santuario.


Las vías procesionales que unen los recintos sagrados en Karnak están flanqueadas por esfinges con cabeza de carnero que cumplían la función de guardianas y protectoras.

El esplendor de las ruinas

litografía realizada durante la expedición de Richard Lepsius.

En los siglos XVIII y XIX, Karnak maravilló a los investigadores a pesar de que estaba en ruinas, como muestra la litografía.

Como cualquier templo egipcio, el santuario de Amón en Karnak empezó a construirse después de una larga serie de rituales con los que se pretendía purificar el espacio que iba a ser consagrado. Hay que tener en cuenta que un templo egipcio no era un lugar al que el pueblo acudiera a rezar, sino que constituía la residencia del dios (era su hut, su «mansión»). Por ello, a los sacerdotes se les llama en egipcio hemu-netjer, «los sirvientes del dios».


El primer ritual que se realizaba al inaugurar un templo era el «estiramiento de la cuerda», pedj-sesh, que se documenta desde la dinastía I (3065-2890 a.C.). Con este ritual, los sacerdotes buscaban orientar los ejes principales del templo hacia objetivos prominentes, bien fueran accidentes geográficos o puntos astronómicos. En el caso de Karnak, la orientación del eje este-oeste se hizo hacia el punto por donde sale el sol en el solsticio de invierno (entre el 20 y el 23 de diciembre), de modo que, si nos situamos en el muelle que hay ante la entrada del templo, ese día veremos salir el sol sobre la puerta oriental, llamada de Bab el-Makhara, situada casi a seiscientos metros de distancia.


A continuación, se esparcía yeso para purificar el área, se excavaban trincheras de fundación, se elaboraban los primeros adobes y se colocaban los depósitos de fundación, materiales enterrados en los cimientos de los edificios para conmemorar su construcción y atraer el favor de los dioses. Una vez acabada la construcción, se purificaba el edificio con fumigaciones y lecturas de textos sacros, y quedaba listo para ser consagrado al dios que iba a habitarlo.

El Obelisco de Hatshepsut.

Formado por una única pieza de granito rosa, tiene una altura de 28,58 metros y su peso es de 343 toneladas. Está ubicado en el Gran Templo de Amón, en Karnak. Los obeliscos son en su origen un homenaje al dios sol. Se consideraba al faraón hijo del sol y de la mujer que lo había dado a luz.

Los obeliscos son en su origen un homenaje al dios sol. Se consideraba al faraón hijo del sol y de la mujer que lo había dado a luz. La parte superior, de forma piramidal, podría representar los rayos del sol cayendo sobre la tierra, solía estar recubierto de oro, bronce o aleaciones de metales, para que brillara cuando la luz solar incidiera sobre ella. Recibía el nombre de piramidión. Los faraones erigieron sus propios obeliscos en homenaje a determinados acontecimientos. En cada una de las cuatro caras del monolito se esculpían inscripciones que ensalzaban al faraón. El obelisco simbolizaba estabilidad y permanencia.

Se dice que hay que dar siete vueltas al escarabajo y pedir un deseo. 

Esta es la entrada para el templo de Karnak

         

Salimos muy contentos de ver este Interesante Templo de Karnak.

Fuente:https://historia.nationalgeographic.com.es/a/templo-karnak-gran-santuario-amon

¡¡Espero que os guste!!

4 comentarios:

  1. Precioso todo y gracias por contarnos las historias de los templos y por hacer las fotos,nos recuerda que hace años estuvimos visitando todo,una maravilla gracias

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    1. Así se queda mejor , porque si no eres muy aficionada a la histria de Egipto se olvida. Un abrazo.

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