¿Que ha pasado? todo se ha ido al garete, desde que te fijaste en la vecina del 5º. Ahora cuando me ves dormida, la alcoba se queda vacía de tu ausencia. Te vas, subes dos pisos para acariciar a la otra.
¿Que ha pasado? todo se ha ido al garete, desde que te fijaste en la vecina del 5º. Ahora cuando me ves dormida, la alcoba se queda vacía de tu ausencia. Te vas, subes dos pisos para acariciar a la otra.
En Creando escritos, hicimos un juego con globos, todos del mismo color y tuvimos que pensar que nos sugería y en qué podríamos convertirlo. Cada una dijo algo distinto y nos hicimos preguntas, en mi caso yo pensé en una farola. Y esto es lo que escribí.
Soy una farola de las muchas que hay en el paseo, mi misión no es solo alumbrar cuando oscurece, es velar por el lugar y acompañar a los viandantes que pasan por mi cercanía. Tengo un lugar privilegiado en una esquina, con buenas vistas a la montaña. Cerca de mi una hilera de farolas alumbran el camino y los jardines. Por el día no alumbro, observo a los que pasan. A mi vera hay un banco donde se sientan muchas personas, de todas clases: hombres bien vestidos con ropas informales, gentes que leen el periódico o algún libro, enamorados que se besan y se declaran amor eterno, criadas uniformadas que se sientan en el banco y pasean los cochecitos de bebes que cuidan y vigilan los juegos de los niños. Por la noche algún vagabundo se acuesta en el banco hasta la madrugada. Me cuido y vigilo para que los ladrones no me roben los cables. Al amanecer los hombres pasean el perro, se acerca a mi y me mea levantando la pata. Eso me cabrea mucho, no lo puedo evitar. Y lo que más me irrita es cuando una paloma o algún pájaro se posa en mi cabeza y cagan sus heces.
Palabras a utilizar para crear un microrrelato del trabajo sobre Literatura impartida por José Domingo en la escuela de la Experiencia.
Montaña; adorable. Árbol; sonámbulo. Huésped; florido. Mujer; empinada.
1º microrrelato
En la lejanía del bosque se divisa un árbol sonámbulo, y allí se encuentra el hostal donde vamos a alojarnos para disfrutar del paisaje de montaña adorable. Cuando llegamos, salía una huésped florida con un vestido elegante, una mujer empinada sobre unos tacones muy altos.
Nos extrañó porque el lugar es más bien para ir vestidos de montañeros y no tan elegantes.
¿Qué pretende la mujer con esa vestimenta? en ese lugar no cabe persona tan estirada sino ser una elegante damisela.
paisaje pintado al óleo por Mamen |
2º Microrrelato.
Estamos en un paraje donde la naturaleza es maravillosa. El hostal que estamos tiene en un entorno rodeado de bosque y árboles floridos. A lo lejos se ve una montaña bastante empinada y en la cima todavía queda nieve. Durante la mañana dimos un gran paseo respirando aire puro. Llegamos al hostal y al pasar en la puerta salía un huésped sonámbulo que casi me tira. En el comedor nos disponíamos a almorzar, nos atendió una mujer adorable que sirvió la comida con una sonrisa.
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Paisaje pintado al óleo por Mamen |
¡¡Espero que os guste!!
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Pastel de piña y jengibre para celebrar tu cumpleaños |
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Con su hermano en la escuela. |
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Aquí con sus hermanos y su prima Mariángeles. |
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Con su hermano en Deba unos 13 años. |
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Muy guapos los tres hermanos 8, 9 y 11 años. |
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Retrato de cara con 8 años.
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Le regalaron una guitarra y le gustaba tocarla. |
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El día 1 de mayo del 58, hizo la comunión. |
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El equipo del fútbol playero, 3º por la izquierda agachado al lado su primo Pio.
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En la playa de Deba seguramente unos 15 años. |
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En el puente de la Toja ( Galicia) 18 años. |
MICRORRETO: EN TORNO A LA VEJEZ
La vejez y sus desafíos. Ese será el tema para el microrreto de este mes. Una historia en un máximo de 250 palabras que gire en torno a alguna de sus múltiples vertientes.
Poco antes de que los domingos
fueran amargos para los ancianos, decidí hacerles pasar unas tardes de domingos
más agradable. En invierno las tardes de los domingos las pasaba en
casa. Ahora los domingos los paso junto a personas que me necesitan más
compañía. Ellos esperan mis atenciones. Ellos están en el atardecer de la vida,
requieren de más cuidados.
— No te importe amor, hay otros días de la semana para pasarlo contigo. ¡Verdad!
Consigo con mi compañía que los domingos no sean largos para ellos. Solo con
mirarles su cara y ver su alegría al verme, lo compensa todo.
Aquí. se pueden leer en el blog del Tintero de Oro los distintos relatos de los participantes.
Miro la postal y veo un un camino que me interna en un bosque. Busco en mi interior a las musas que me hacen recordar a los personajes mitológicos de los cuales he escrito bellas historias: elfos, hadas, anjanas duendes etc... pero solo es un recuerdo.
No consigo olvidar este año pasado que ha sido una pesadilla, que no me deja ver más allá del bosque.
Sigo pensando y me viene a mi memoria una caso que le ocurrió hace muchos años a mi prima cuando tenia unos 12 años.
Por entonces mis tios vivian en un barrio de caserios del duranguesado. Mi prima para ir o volver de la escuela tenia que recorrer un camino de unos 2 Kilómetros y medio, entre pinos. Una tarde cuando volvia de la escuela a casa le salió de entre los árboles un hombre vestido con una gabardina y desnudo con el pene fuera. Mi prima echó a correr y pudo escaparse del individuo. Llegó a casa llorando y asustada. Al día siguientes mis tios fueron a la guardia civíl a poner una denuncia. Le detuvieron.
Desde entonces cuando iba a visitar a mis tios nunca fui sola por ese camino, siempre me acompañaba una persona adulta.
Eran fiestas de San Faustos de Durango, un día bajamos a divertirnos a la fiesta. Yo había extrenado mis primeros pantalones de tergal que me habia comprado con mis ahorros. Cuando regresábamos a casa de mis tios ya entrada la noche. Volviamos en grupo las amigas de mi prima y mis primos que nos habíamos esperado para subir todos juntos.
En el silencio del camino yo comencé a escuchar un ruido, como de pasos y les puse en aviso a los demás. Mi Primo mayor me alentaba de que caminara y no me parara, ya que ellos no habian oído ningún ruido. Comenzamos a caminar y oía el mismo ruido, me paraba y miraba hacia atrás, se paraba el sonido. Cuando volvía a caminar el ruido comenzaba de nuevo. Así pasé todo el camino, con miedo de que alguien nos seguíera.
Cuando llegamos a casa y entramos al saguán, yo seguía con el miedo en el cuerpo hasta que me paré y el ruido paró. En ese momento empecé a reirme de mi misma, me dí cuenta que el ruido lo producia yo misma con el roce del pantalón de tergal.
Esta postal es la que recogí en la clase anterior para escribir una historia en este paisaje.
¡¡Espero que os guste!!